domingo, 16 de octubre de 2016

Coma

     Nunca había estado en un lugar así, era una especie de laberinto tétrico, se notaba gran cantidad de puertas con números sobre cada una, pasillos interminables apenas alumbrados tenuemente, las luces parpadeaban como si quisieran ocultar cosas espantosas entre las sombras, las paredes manchadas con sangre seca que dibujaba líneas de diversos tamaños, huellas de manos, y figuras irreconocibles a lo largo de las paredes, pero, distinguía de repente mientras caminaba palabras: "ayuda", "por favor", "alguien"... todas ellas escritas con sangre ¿Aún fresca?

    Sucumbía en mí, una amarga sensación, sensación de horror, angustia y desesperación, ver aquellos cuadros que daría escalofríos hasta el más valiente, además el lugar estaba dotado con un olor nauseabundo, casi insoportable, olor a muerte. 

    Un grito de tormento se escuchó de repente, sonando como eco a través de todo el pasillo, me apresuré lo más rápido hacía la fuente de tal atronador lamento, doblando el pasillo. De pronto, logré ver la imagen de una especie de enorme perro de tres cabezas sobre un charco de sangre, tan desfigurado con todos sus pellejos colgando, veía sus huesos y su piel con gran cantidad de gusanos blancos que se movían entre los agujeros de su carne, se notaba un claro estado de descomposición del animal pero seguía allí en pie, entre sus colmillos había restos del pobre sujeto que gritaba antes supuse. Aquella bestia notó mi presencia y junto con él un gruñido espasmódico desde unos cincuenta metros en mi dirección, inmediatamente mi instinto movió mi cuerpo y echó a correr en la dirección contraria, duré unos cuantos minutos en el acto, pues mi condición no era precisamente atlética como quisiera en aquellos momentos y ya me sentía fatigado bajando el ritmo rápidamente, aun así, aquella fiera ya estaba a unos escasos metros de mí. 

    Cuando repentinamente oí susurros, voces familiares, algo muy extraño en esos momentos, sin pensarlo, gire el pasillo y me dirigí hacia una de las puertas de dónde provenían los sonidos y la abrí velozmente.

     Me encontré de pronto recostado sobre una camilla, borrosamente pude distinguir una luz blanca que provenía del techo de la habitación, tenía un aparato de oxígeno y estaba conectado a varias máquinas de monitoreo, mire a los lados y veía que me acechaban miradas, miradas fijas mezcladas con lágrimas…

Relatos de terror, Coma

Imprimir o exportar PDF

0 comentarios:

Publicar un comentario