!BIENVENIDO!

Aqui yace un espacio dedicado al don de la escritura, un sitio donde podrás encontrar: relatos, poemas y muchas frases de reflexión y de la vida. Disfruta tu estancia sumergiéndote en el mundo que he creado tan sólo para ti mi estimado lector. Gracias por tu grata visita a mi blog.

RELATOS

Aquí te contaré algunas historias que te harán transportarte hacia aquellos mundos donde todo puede ser posible, relatos que te harán sentir y preguntarte si son reales. Pues... ¿Lo son?

POEMAS

Sencillas palabras que surgen de lo más profundo del corazón y del alma, palabras que estallan en un mar de sentimientos porque así es la vida; tan inesperada, tan impredecible, a veces cálida, a veces fría.

FRASES

Espero con estas pequeñas frases encuentres refugio, encuentres motivación y fuerzas que te permitan seguir adelante en el camino de la vida, pues cada día es una nueva oportunidad para hacer lo que siempre quisiste, el simple hecho de SONREIR y ser FELIZ en el mundo.

WATTPAD

Sígueme en WATTPAD, un lugar donde podrás descubrir, leer, compartir un sin fin de historias mias y las de otros autores.

sábado, 10 de diciembre de 2016

Cementerio

     Un lugar netamente escalofriante. Por algún motivo nunca me gustó visitar aquel sitio donde enterraban cuerpos sin vida, siempre me dio mala espina, como si los cuerpos ya muertos pudieran descansar, me reía… <<crédulos>> pienso. Todas esas bobadas de que el ser querido podrá encontrar la paz y reposo eterno por los siglos de los siglos e irá al cielo o al infierno según haya sido el comportamiento del individuo en cuestión, teorías, todos esos cuentos !Son puras patrañas! No saben la realidad de cómo son las cosas, de los trágicos cuadros siniestros que he experimentado hasta el día de hoy. A mi mente, en estos instantes, simplemente le empiezan a llegar algunas imágenes, algunos recuerdos del pasado. 

     De pequeño recuerdo, aproximadamente a la edad de seis años, me llevaron al entierro de un abuelo que nunca conocí en persona, pero, en fin, estaba allí con mis padres aquel día soleado. Se encontraban tíos, hermanos y demás familiares, algunos conocidos que lloraban desconsoladamente, todos comentaban entre voces que veríamos por última vez al abuelo ese día y que estaban felices al final porque descansaría y tendría la paz eterna. Yo, entretanto, me solté de la mano de mi madre, pues me llamó la atención algo, desde lejos vi un pequeño saltamontes que se posaba sobre una roca bajo la sombra de un árbol. Corrí emocionado sonriendo alegremente por la inesperada diminuta criatura que acababa de aparecer, de ese modo me encontraba inocentemente jugando con los bichos que iban apareciendo dentro de la inmensidad que existía en todo el pasto verde, un mundo gigante para los pequeños insectos del lugar. Repentinamente, una colorida mariposa salió volando, me sorprendió mucho y hasta pegue un respingo, pues no noté que estaba allí tan reservada, tan imperceptible, tan oculta. Miré hechizado como volaba apresuradamente hacia el cielo, se alejaba y desaparecía rápidamente hacia un destino incierto. 

     Regresé la vista hacia el cúmulo de personas que se amontonaban a lo largo del camino, en donde el cuerpo del abuelo supuestamente estaba en el ataúd que cargaban unos cuantos hombres, todos ellos llevándolo hacia el agujero donde yacía su lápida con su nombre y el año de su deceso grabado sobre ella. Pero, algo inusual sucedió, me di cuenta de pronto que el cielo se estaba oscureciendo, muchas nubes se empezaban a agrupar tapando los rayos de sol por completo, de pronto recorrió sobre mi rostro un viento frío, helado y aterrador cuando lo sentí. Automáticamente empezó a temblar mi cuerpo, sentí algo de nerviosismo o tal vez miedo, simplemente me dio escalofríos, alcé la vista y me asusté tanto que de una sacudida caía hacía atrás al suelo. Se empezaba a dibujar en mí una expresión de horror, mis ojos se abrían como platos de la impresión, pues no podían creer lo que veían. 

     Estaba ahí parado de espaldas, podía ver a un hombre alto con sombrero y vestido de un negro terno elegante, estaba de pie alado de la tumba de mi abuelo, pero lo más extraño de todo es que nadie podía verlo, algunas personas pasaban a través de él como si fuera un holograma o el mismo aire, nadie se percataba de su presencia, ni siquiera podían verlo ni sentirlo, luego de un momento su cuello se torció 180º, giró su cabeza hacia mí dirección, me impresioné cuando pude ver que no tenía rostro, es decir no tenía expresión alguna, no tenía ojos, ni nariz, pero tenía un tono pálido de piel bien acentuada, una piel apagada y ligeramente morada, solamente tenía una boca, que al verme, se deformó y de ella emanaba una especie de chillido ensordecedor, muy grave que sonaba como eco, como si estuviera desesperado y furioso por mi presencia, la cara del hombre súbitamente se transformó y tomó el rostro de mi abuelo, era él, estaba aún vivo, pero a la vez no lo era, lo presentía, había algo más oscuro en ese hombre, tenía expresión seria, sus ojos se tiñeron de rojo, sentí el peligro, me di cuenta, aquel sujeto me quería lastimar de alguna forma, así que él echó a correr hacía donde yo me encontraba, inmediatamente me puse de pie y corrí hacía donde estaba mi familia, desesperadamente yo gritaba en busca de ayuda, sentí como una mano me agarró del brazo, perdí el equilibrio y me di un buen frentazo contra el suelo, por suerte en el pasto, perdí el conocimiento.

     Recuerdo que lloré incansablemente, mientras recordaba lo ocurrido aquel día y les contaba todo a mi padre y madre, pero lo que era de esperar, no me creyeron, creían que era el fruto de mi imaginación, que todos los niños lo tienen, y que era algo normal para mi edad. Lo acepté en su momento, acepté el hecho de que no eran cosas reales, pero mientras iba creciendo caí en cuenta que no era normal, y que podía ver cosas extrañas que nadie más podía, al menos nadie más que yo conociese.

     Cada noche oía murmullos, casi no podía dormir, había noches en las que sentía que alguien respiraba en mi nuca agitadamente, o que al despertar estaba en una posición extraña, o en algunas ocasiones tenía marcas en mis brazos y piernas acompañados con rasguños inclusive aparecían algunos moretones, incluso hasta me despertaba algunos días el choque contra la pared de la ventana de mi habitación, despertaba y la encontraba abierta junto con la cortina flameando gracias a la brisa del viento que azotaba las madrugadas. Por eso, siempre me daba miedo apenas los últimos toques de luz que ofrecía el sol a diario empezaban a perderse al atardecer y consigo traía tinieblas, fueron días tormentosos, o tal vez estaba perdiendo ya la cordura y el daño me lo causaba solo.

     Todos esos eventos ocurrían cada vez que pasaba cerca de un cementerio, o acompañaba algunos amigos a entierros de sus seres queridos, lo más raro era que siempre los veía, veía a los muertos o sus almas, o lo que quiera que sean esas cosas horrendas vagar por los alrededores, no me acercaba mucho porque una vez que notaban que los podía percibir, iban en mi persecución con el único propósito de lastimarme, o tal vez poseerme para propósitos perversos. Por eso procuraba nunca acércame a esos lugares llenos de una energía espectral pesada. Rayos solamente desearía en este mundo no tener estas visiones, quisiera ser alguien normal, alguien común y corriente, que todas estas alucinaciones pararan (si es que lo fuesen).

     Hace unas semanas, planificamos dentro de un grupo de cinco amigos y decidimos realizar una pequeña expedición, un proyecto encomendado de la universidad, el cual consistía en grabar un cortometraje de hechos novedosos e insólitos que han existido en el país a través de la historia, así que viajar hacía las afueras de la ciudad sería perfecto, de hecho nuestra ciudad fue una de las primeras fundadas en el Ecuador, llamada Riobamba, con su provincia Chimborazo, mucho antes la ciudad era conocida en aquel entonces como Liribamba, fue uno los más prósperos lugares durante la época de la Colonia, pero lamentablemente un fuerte terremoto la destruyó y la enterró por el año de 1797, más adelante la ciudad fue reconstruida en una ubicación próxima. También la provincia cuenta con un volcán con su mismo nombre, curiosamente la ciudad se encuentra en el centro del país y el volcán forma parte del cinturón de fuego del pacífico que medido desde el centro de la tierra, es la montaña más alta del planeta superando en pequeña proporción la altura del Everest. 

     Por supuesto, todo lugar antiguo contiene una historia guardada en sus entrañas esperando a ser revelada, y esta no era una excepción. Salimos muy temprano por la mañana en buseta y prontamente nos encontrábamos en la carretera aún oscura debido un tardío amanecer, nuestro destino era un antiguo bosque Puruhá, ruinas del establecimiento aborigen que vivía tranquilamente antes de la llegada de los españoles, se decía que aún existía un antiguo templo tallado de piedra, mármol y barro, donde se mencionaba que habían estatuas y pequeñas reliquias de los pueblos aborígenes, pero nunca nadie se acercado a los alrededores debido a el arduo camino que hay que recorrer y su dificultad, además del que la naturaleza ha hecho lo suyo y se encuentra gran vegetación que oculta el lugar aún más. Por suerte llegamos bien al atardecer, pequeñas estrellas se veían ya en el cielo y empezaba a distinguirse la oscuridad de la noche, además del cántico usual de grillos en medio de los árboles y plantas. Decidimos acampar para adentrarnos en el bosque al día siguiente, pues se notaba que sería difícil el camino a seguir. 

      Y en efecto luego de un satisfactorio descanso, a la mañana siguiente emprendimos la excursión hacia el interior del bosque, grabando con cámaras de punta acerca de todo lo que había, extrañamente la tierra estaba árida como si no hubiese llovido por meses, inclusive años, los árboles se encontraban con pocas hojas, algunas ¿Negras? Nos preguntábamos, tal vez serían nuevas especies, algunos se hallaban secos y tenían el aspecto de una persona crucificada, estaban deformados, en sus troncos rasgados con formas de pentagramas, también notamos que no habían rastros de animales cercanos, propios de los bosques a excepción de una que otra alimaña que se posaba en las ramas que pareciera como si estuvieran observando nuestros movimientos. 

     Un recorrido eléctrico me removió el cuerpo, sabía que teníamos que salir de allí al diablo con el cortometraje, les mencione a mis amigos que saliéramos lo más pronto de aquel lugar pues sentía pesado el ambiente y todos aceptaron, también les daba miedo el lugar. Nos estremecimos, y nos estaba inundando el pánico, el camino de regreso no estaba allí, las huellas por donde vinimos no se distinguían ya, estábamos perdidos, o pueda que simplemente estábamos dando vueltas por otro camino, no importaba, la noche se aproximaba, estábamos aterrados al no encontrar la salida. La luna se posaba ya en el cielo tan brillante y las estrellas expectantes, que creaban y formaban aterradoras sombras a cualquier cosa del bosque. 

     De tanto caminar y correr, por medio de linternas, vimos que el camino se inclinaba y al seguirlo tal vez encontraríamos alguna salida, era una especie de planicie enorme, de pronto notamos que ya no había flora por los alrededores ni tampoco característicos grillos cantando en el entorno. Se empezó a oscurecer aún más, las nubes se reunían causando estruendos, empezaron a caer gotas de agua acompañados con ensordecedores relámpagos que caían en la lejanía. Seguimos caminando, cuando nuevamente sentí escalofríos, una brisa helada que me recorría todo el cuerpo, ésta vez acompañado de un fuerte dolor de cabeza, el lugar se puso demasiado pesado. Enfoqué la luz de la linterna hacia los alrededores, que sorpresa me llevé, pues habían varios sepulcros, tumbas en forma de pequeñas chozas, era una especie de panteón éste detestable lugar, con lápidas y cruces por doquier. Tenía que salir de allí, lo sabía. 

     Todos gritaron y empezamos a correr por donde vinimos, en medio de la lluvia se formaba lodo, alguien se cayó, regresamos a ver y me impacté una vez más. Sombras, decenas, cientos tal vez, se levantaban por todas partes. Esta vez todos mis amigos podían percibirlos a esos espectros, todos podíamos verlos, no tenían rostro y sus proliferaban sonidos inhumanos, se elevaban en el aire y agarraron a mi amigo que cayó hace un momento, se lo llevaron y pareciese como si las tinieblas se lo tragaran, a los pocos minutos gritaba infernalmente, es escuchaba como un animal en el matadero, y de igual manera todo quedó en silencio al poco rato. Inesperadamente alguien de entre la oscuridad arrojó algo hacia nosotros tan fuerte que nos derribó a todos, sentí como algo tibio se deslizaba entre mis manos, era él, pero estaba abierto, estaba despedazado y sus entrañas esparcidas en el suelo. Nos levantamos asustados y corrimos precipitadamente. No había escape, uno por uno se fueron llevando a mis amigos hasta que nada más quedaba yo. 

     Por suerte en medio de la desesperación y carrera llegué a una estructura de piedra, jadeante, me adentré y me quedé quieto procurando no hacer ningún ruido. 

     Ahora ya ha pasado un buen tiempo, desde que todo ocurrió, fue tan rápido, no sé cómo reaccionar aún, mientras tengo esta cámara que ojala alguien la encuentre y vea la grabación que estoy filmando ahora. El hecho que sea real o no, esté loco o no ahora estoy atrapado sin salida, ahora miro la hora en mi celular, por cierto sin señal, marca las 2:57 am, también observo la fecha, señala como 31 de octubre, imagino que tal vez un portal se abrió, la dimensión de vivos y muertos se ha conectado hoy y solamente puedo decirles que los muertos no van al cielo ni al infierno ahora lo confirmo, los muertos quedan aquí en la tierra, en otra dimensión distinta, pero están aquí en el mundo real, ellos no se van para ningún lado, pero lo más increíble siempre están vivos de alguna forma, y éste día es cuando pueden pasar la barrera de la muerte, entrar en nuestro mundo y asesinarnos, aunque tampoco me resta decirles que por ningún motivo permanezcan por mucho tiempo en un cementerio, o mejor aún ni piensen pisarlo más desde ahora, no se sabe si esos seres te podrán dañar a ti o alguien más. 

     Mejor voy a cortar la cinta, estoy atrapado en un macabro cementerio aborigen, empiezo a escuchar esos raros y extraños gritos o lamentos inhumanos, tal vez ya se dieron cuenta de mi presencia en su territorio, se acercan, escucho los sonidos más cerca…los oigo aún mas más cerca…muy cerca…!Demonios! Me…me han encontrado….

Cementerio, Terror y Suspenso, Ímpetu de Letras

Califica este post:
{[['']]}

Maldición

     Era una fría mañana de otoño, Ed se alistaba como de costumbre para ir a su empleo que quedaba del otro lado de la ciudad, por ello, día tras día tenía que salir apresurado de su departamento para coger el trolebús que se encontraba a unas cuantas manzanas de donde vivía. Pero, no todos los días eran como él esperaba, decenas de estudiantes, maestros, y otros trabajadores tenían que tomar ese mismo medio de transporte, a la misma hora, éste se llenaba hasta más no poder, resultando un viaje tan incómodo como fastidioso. 

     Ed llegaba a la oficina estresado y así permanecía toda la mañana y tarde de trabajo. El regreso a casa era otro calvario con una historia similar. Al llegar la noche comía algo ligero, veía programas ordinarios en la tele, hasta que finalmente sentado en su viejo sillón con un vaso de cerveza se quedaba completamente dormido hasta la mañana siguiente. Una vida completamente aburrida y rutinaria, rogaba porque su vida fuera distinta y de hecho, pensaba muy seriamente hacerlo en las próximas semanas, cambiar de empleo, de hogar, salir de viaje. En fin, cambiar completamente de ambiente, él se lo merecía, y por supuesto que sería lo mejor. 

     A la mañana siguiente ocurrió algo inusual, antes de salir de casa, notó un sobre con dibujos y trazos de símbolos que nunca había visto en su vida, posaba bajo la alfombra de entrada de su puerta, inmediatamente recogió el sobre y lo abrió. Dentro contenía la fotografía de una lujosa casa, tenía el aspecto de ser muy antigua, pero con grandiosos acabados, se veía elegante. Pero, notó algo muy particular, había estatuas, varias estatuas pequeñas con forma humana, calvas con miradas vacías, tristes e impotentes que veían fijamente al horizonte, al infinito, adornando de alguna forma macabra los jardines y alrededores de aquel lugar. 

     Prácticamente el panorama de la vivienda se veía espectacular, conjuntamente con la fotografía venía un anuncio que decía que la casa estaba en venta, estaba de oferta y por eso a Ed le pareció que tenía un muy buen precio, sabía que conseguiría pagarla, contaba con unos cuantos ahorros y si pedía un pequeño préstamo al banco, la casa sería toda suya. Lo mejor de todo, era la dirección, tenía la noción del lugar, algunos colegas mencionaban que todo aquel sitio estaba embrujado, historias de fantasmas, hechizos, brujas y cosas por el estilo. <<Tonterías>>, pensó. De hecho, Ed toda su vida había sido escéptico, nunca creyó en nada que sus ojos no vieran, y por supuesto, nunca había sido el grupo de personas que eran supersticiosas, así que, nunca presaba atención de aquellas historias de “miedo”, que lo único que buscaban era asustarlo. 

     Finalmente, la casa, aquella casa debía ser una señal, una voz interna que le decía que tenía que mudarse, que al fin tenía que ordenar su vida y aquel sitio sería el comienzo, sería el primer paso que tenía que dar para emprender una nueva vida.

     Más tarde, al salir del trabajo tomó la decisión de visitar aquel lugar, y así lo hizo. El sitio formaba parte de unos suburbios, un lugar donde las paredes estaban llenas de grafitis, jóvenes encapuchados que; o bien charlaban en una esquina y con risas burlonas o bien se amontonaban haciendo círculos para hacer concursos de break dance por las tardes. Ed no tenía idea en mente ver un ambiente lúgubre, sin importar aquello, él siguió su camino.

     Al llegar al lugar de la fotografía, el hombre se encontró con una bella mujer que paseaba por el jardín de la casa, acariciando lentamente las estatuas mientras caminaba, sintió una pequeña espinita dentro de su estómago, una sensación desagradable en el interior que ocurre cuando va a pasar algo malo. Presentimiento lo llaman, y era la primera vez que le pasaba a Ed, así que no prestó atención de aquel sentimiento, tal vez era solamente su imaginación y desecho todo aquello brevemente. Al acercarse vio que la mujer era una chica alta, una joven de piel blanca, traía puesto un largo vestido rojo. Sus ojos de color miel mezclados con un poco de encanto lo siguieron intranquilizando un poco, en cualquier otro momento, o en cualquier otro lugar esos ojos le hubiese cautivado y llenado de sentimientos de querer una cita con aquella hermosa mujer, pero, ese no fue el caso. En fin, la muchacha le dio la bienvenida, y le hizo ingresar a la casa para que la viera por dentro, Ed no supo que aquella inocente invitación era una condena para no volver a ver la luz del día de nuevo… por el resto de su vida. 

     El interior de inmueble estaba alumbrado tenuemente con algunas lámparas antiguas de gas, las paredes eran opacas, rayas con los mismos símbolos extraños que estaban impresos en la carta que había llegado a su casa esa misma mañana. Se sorprendió mucho al ver en el centro de la sala, había una mesita, y sobre ella se encontraba un tablero de…Ouija, a Ed inmediatamente le bajo la presión, tuvo una sensación extraña y empezó a temblar incontrolablemente, por supuesto era que el miedo sucumbía dentro, muy dentro de él y que ni sabía que estaba ahí. El pobre dio la media vuelta, con la intención de correr, pero, ahí estaba, aquella mujer impedía su camino. La joven, vertiginosamente con una mirada demoniaca, susurró algo a su anillo que traía puesto en su mano izquierda, susurró algo en un idioma desconocido con palabras que claramente no eran de este mundo. El anillo era muy brillante y contenía un gema preciosa, un rubí, una piedra que brillaba de un carmesí intenso y alumbraba toda la habitación. De inmediato, desde las paredes y el suelo salieron brazos, manos transparente que agarraron al pobre hombre muy fuerte, aunque gritará y quisiera quitárselas de encima, no pudo hacer nada, un esfuerzo en vano. Finalmente se lo llevaron a alguna otra dimensión fuera de la casa a través del suelo.

     Mas tardé, el cuerpo de Ed quedaría convertido en una horrible estatua, calva con una mirada vacía y triste, que expresaban claramente un rasgo de dolor, pues su alma quedaría maldita, estaría condenada a sufrir por toda la eternidad. Así como muchas otras personas que desaparecen sin dejar rastro alguno, como si la tierra se los tragara, conjuntamente con ellos su humanidad y existencia.

Relatos, Terror y Suspenso, impetu de letras

Califica este post:
{[['']]}

domingo, 27 de noviembre de 2016

Nuestros

     Tras cerrar la puerta de aquella habitación, el corazón me latía a mil, estaba un poco nervioso. Cerré los ojos y me detuve un momento, respiré hondo y al abrirlos nuevamente, de pronto todos aquellos sentimientos de inseguridad se fueron, porque era lo que quería desde hace mucho tiempo, por fin estábamos solos. 

     Ella estaba sentada en el borde de la cama con ambas manos puestas sobre el colchón, sus piernas cruzadas meciéndose de una lado al otro lentamente, obteniendo de esta forma, una pose muy coqueta y provocadora. Ella era de tez blanca, su cabello era castaño oscuro, tenía unos encantadores ojos color miel, traía puesta una blusa roja corta perfectamente escotada, unos jeans azules bien ajustados que moldeaban magníficamente su figura. ¡Por Dios! que hermosa es me dije. 

     Ella sonreía, y a la vez tenía su mirada fijada en mí, era dulce, muy dulce e inocente, simplemente me tenía hechizado, así como un maravilloso amanecer, que poco a poco llenaba de vida toda la habitación en la que nos encontrábamos. 

     Yo le correspondí devolviéndole la mirada, di unos cuantos pasos, me senté junto a ella, y tomando su mejilla acerqué su rostro frente al mío. Ella sencillamente cerró los ojos, y finalmente le planté un beso en sus labios color carmesí, luego le di otro, y otro aumentando la pasión en cada uno de ellos. La fui llenando de besos, a medida que recorría su rostro, al oído le susurraba un fugaz "Te Amo", mientras bajaba y deslizaba mis labios por su cuello. ¡Rayos! Olía tan bien, un aroma a mujer. 

     La sujeté contra mi cuerpo fuerte mientras regresaba a sus delicados labios, mientras la besaba fuerte, ahora plenamente besos apasionados, entre tanto, nos íbamos recostando sobre la cama. Mis manos se deslizaban lentamente por su espalda, debajo de su pequeña blusa, apretándola de esta forma más y más contra mi cuerpo para tenerla muy pegada a mí. 

     El ritmo se fue acelerando y le quite la blusa, ella hizo lo mismo con mi camisa. Entonces, nos seguimos besando apasionadamente, íbamos dando vueltas de un lado para al otro sobre la cama, a la vez que, mis manos iban acariciando cada centímetro de su cuerpo. Sentía como ella me quitaba mi cinturón, me iba desabrochando el botón del pantalón, mientras tanto yo lo hacía de igual forma con el suyo. 

     Ahora sentíamos frenéticamente tan sólo el roce de nuestros cuerpos semidesnudos, en cada caricia, en cada beso que nos dábamos. Su piel era tan suave y tersa. Solos, tan solos en aquella habitación llena de lujuria, apartados del mundo, éramos tan sólo ella y yo. Dispuestos a todo; a entregarnos en cuerpo y alma, el uno al otro. ¡Oh! Íbamos a ser tan nuestros cuando....


Relatos, erótico, impetu de letras

Califica este post:
{[['']]}

martes, 8 de noviembre de 2016

Inspiración Nocturna

Poemas, Inspiración Nocturna

La noche, un significado, un concepto, una definición diferente para muchos, un cúmulo de recuerdos nostálgicos cuando llega: para unos motivo de temor, algunos la ven con odio, para otros motivo perfecto para descansar placenteramente, y a unos pocos, a unos cuantos nos inspira, la oscuridad, las estrellas, nos inspira ese aire de romanticismo, esa inspiración inagotable e infinita llena de paz, llena de tranquilidad, y más aún cuando llega la luna. 

¡Oh! ¡La luna! Nuestra más fiel cómplice, cómplice de nuestros desvelos, compañera y amiga.

Al salir nos brinda una brisa no tan fría, sino esa sensación cálida, tenue en el rostro, un aire mágico para hacer despegar nuestra imaginación, acoge nuestros pensamientos y los deja volar intensamente hacia el lugar que quieran.

Mientras caminas, te das cuenta que las luces de la ciudad combinan perfectamente con las estrellas y la luna, amenizan negruras dejando paso a un maravilloso, un grandioso paisaje visto desde lejos que cualquiera quedaría impactado. 

Cuando llega el anochecer, al recostarte al aire libre plácidamente puedes ver el cielo nocturno, como si varios centenares, millares de velas se encendieran a la vez, como si alguien encendiera un interruptor y da paso a esos preciados puntos brillantes de golpe, claro las tan preciadas estrellas, pudiendo dibujar formas inimaginables y de todo tipo con ellas.

Y así, regresas cansado a tu acogedor hogar, con un mundo de ideas nuevas, frescas y planteándote propósitos nuevos antes de sumergirte bajo el irremediable manto de Morfeo, acostarte aspirando soñar con un mundo distinto, un mundo relajado y divertido a la vez. 

Así es la noche, fugaz noche, el lugar donde acudes cuando ya todos se van.

Califica este post:
{[['']]}

sábado, 5 de noviembre de 2016

Aquel día


Aquel día mágico de verano te vi pasar,
sin esperarte, sin buscarte, sin pensarte.
Mis ojos se posaron sutilmente sobre ti,
y desde aquel día, 
mi mente no hace más que buscarte.

¡Oh! Mi amor en silencio,
ni lo percibes, ni lo notas,
es tan dura esta agonía, 
de no poderte profesar,
miles de sentimientos guardados hoy por ti,
de cómo mi corazón se acelera tan sólo con pensarte.

Bastó un cruce de miradas tan cómplices, tan fugaces,
para caer rendido y enamorarme de ti,
No corras amor mío, por favor llévame contigo,
ahora que estas aquí en mis sueños, te ves tan perfecta,
escucha mi voz a través del silencio, 
mírame, que también existo.

No importa a donde vayas,
Por ti enfrentaría tempestades,
cualquier distancia, hasta el tiempo.
Hoy vuelvo a sonreír, aunque estés tan lejos,
mi alma por fin encontró una radiante luz,
que opaca la oscuridad de mi triste destino.

Y así es como desde aquel día trato de buscarte, de alcanzarte,
¡Oh! Dulce ángel de la casualidad, 
anhelo con el día de poder hablarte, 
mientras tanto, suspiro por este amor,
este amor que prevalecerá contigo,
admirándote desde la lejanía y eternidad, del frío silencio.
Califica este post:
{[['']]}

La última nota

     “A veces, existen hechos que han marcando cada etapa, cada paso que hemos dado a lo largo de nuestra vida, hechos que se quedan grabados en lo más profundo de nuestra mente e inmortalizados en pequeños recuerdos: como aquellos juegos divertidos y sin preocupaciones que vivimos en la infancia, aquellos primeros amores llenos de inocencia e incertidumbre que atravesamos en la adolescencia, y finalmente en la vida adulta, lamentablemente afrontar con todas aquellas responsabilidades aburridas que tenemos frente a la sociedad. 

     Lo he aceptado, algunas cosas tienen que suceder, tal vez por causas del destino, o tal vez simplemente casualidades, muchas de ellas dolorosas, algunas otras felices; pero, todas ellas con el único propósito de aprender para crecer como humanos. Pero, también algo que si es cierto es que, algunos hechos deberían ser borrados por las hojas del olvido, hechos que por causas inexplicables suceden, hechos oscuros, un tanto extraños que no son parte de este mundo terrenal, y siguen sucediendo, lo han hecho por generaciones apareciendo a través de la historia.

     Éste tipo de cosas dan miedo y te atormentan día tras día, noche tras noche, nunca duermes tranquilamente; voces que se introducen en tu cabeza y no te dejan en paz, gritan, aúllan desesperadamente para que hagas lo que dicen y sinceramente no sé hasta cuándo, ni porqué, ni qué buscan al atormentarte una vez que se apoderan de ti. Y aunque, luchas constantemente, llegas a un punto en el que te dejas vencer y terminas cediendo. No sé si alcanzaré a terminar de escribir esto con la poca cordura que me queda. 

     En fin, han transcurrido varios días, y hasta el día de hoy, no puedo borrar de mi mente aquella espantosa entrevista que tuve con aquel tipo (No daré detalles de lo que me dijo, tan sólo pensar en describirlo el cuerpo me tiembla). Sólo pude darme cuenta con tan sólo ver sus ojos y al oír sus palabras transformadas en relato sacadas tal vez de lo más profundo de la oscuridad humana que “Alguien” o “Algo” poseyó aquel individuo. “Algo” que siempre está aquí en este plano terrenal acechándonos desde las tinieblas, vigilándonos sigiloso, constantemente cada día y noche, esperando…

     Aquel señor lo encontraron tirado en el suelo de su habitación inconsciente y desangrándose hace meses atrás. Se había arrancado filamento por filamento el cabello con unas pinzas, llevándose consigo trozos de piel en el acto. Extrañamente tenía manchas oscuras por todo su cuerpo como si fueran moretones. Los vecinos de los alrededores solamente testificaron que oyeron gritos espeluznantes y desgarradores desde el interior de la casa. Ellos lo único que pudieron hacer fue llamar a la policía. Por razones desconocidas, perdió la razón y terminó asesinando a su esposa y sus dos hijos aún menores. Nunca quiso testificar ni dar razones a la policía de lo que hizo cuando despertó en el hospital. El pobre hombre tenía sus ojos desorbitados mirando nerviosamente en todas las direcciones y señalando con su dedo índice a un punto incierto de la habitación.

     — “Él…Él…Él está aquí. Él me ordenó que lo hiciera, yo… yo no quería, pe…pero tenía que hacerlo, no… no tenía otra opción. De verdad, yo…yo no quería hacerlo, amaba a mi familia. Pero era necesario…”. Decía repetidamente, mientras se cubría con sus manos el rostro para echarse a llorar desconsoladamente. 

     Lo condenaron a cadena perpetua a penas se recuperara de sus heridas y algo del shock mental en el que se encontraba, le pusieron una camisa de fuerza por si tratara de herir a alguien o así mismo. Aun así, era muy difícil para el personal cuidarlo, pues gritaba repentinamente como si lo estuvieran torturando por las noches. Mientras tanto, mi jefe me ordenó hacerle una entrevista antes de que se lo lleven a prisión. La prensa en la que trabajaba hizo todos los trámites necesarios para que me permitiera hablar con el tipo, es así como lo conocí en una fría mañana de Octubre en aquel hospital psiquiátrico. 


     Algunas personas por desgracia del destino pierden algo importante en sus vidas. “Algo” se aprovecha de la situación y se introduce dentro de aquellas débiles mentes, haciendo que tengan comportamientos extraños y violentos. Aquellos desafortunados se convierten en simples marionetas, se transforman en peligrosos sanguinarios con mirada endemoniada, perdida y vacía; personas que alguna vez fueron humanos pero desafortunadamente su alma les ha sido arrebatada, quedan como simples cáscaras de carne, ellos ya no sienten más, son nada. 

     A pesar de que he sido de las personas que no se asustan ante cualquier tontería, a pesar de que, he presenciado uno que otro evento paranormal, aun así, aquel tipo logró perturbarme. Logró infundirme un miedo voraz, un sentimiento extraño que carcome tu mente a medida que transcurre el tiempo… 

     Esta noche será inolvidable y maravillosa, lo será para todo el mundo. Los pensamientos de mi cabeza me dicen que lo haga y eso está muy bien, creo que tienen razón, siento que lo que tengo que hacer es lo correcto, es necesario, es sumamente necesario para un bien mayor…”

**********************************************************************************

Fragmento extraído de la Deep Web, una transcripción de una nota escrita en papel que encontraron en la casa de una periodista estadounidense de treinta años llamada Susan, junto con una copia del guion del programa que ella mismo escribió para su última aparición en el aire aquella macabra noche de 1974. La periodista tomó un revólver y lo puso detrás de su oreja y terminó disparándose en vivo frente a las cámaras. El canal de televisión presenciaba una audiencia cerca de más de medio millón de personas.

Relatos de Terror, La última nota

Califica este post:
{[['']]}

jueves, 3 de noviembre de 2016

Acorralados (Parte II)

     Me encontraba en mi oficina como de costumbre, organizando eventos, telefoneando, y organizando papeles continuamente, íbamos a cerrar un gran contrato internacional en las próximas semanas, así que todo debería quedar impecable, por fin nuestra empresa se daría a conocer en el mundo y que parte de la propuesta que teníamos, sería beneficioso para la humanidad.

     Pero, algo no andaba bien desde unos días atrás, no eran días normales como cualquier otro, lo presentía, siempre he tenido un sentimiento que ataca mi corazón, como una pequeña aguja que rasga su superficie, y al mismo tiempo como si algo o alguien lo apretará fuertemente a tal punto de casi hacerlo reventar, esa sensación, aquella sensación que se da cuando algo irá mal. 

     En la radio, noticieros, prensa, medios de comunicación en general, informaban los conflictos armados en Siria, Irak y el Estado Islámico. Batallas interminables que no cesaban, lo único que consiguieron fue que los actos de terrorismo se esparcieran por todo el continente, arrastrando consigo a países aliados y enemigos, ellos poco a poco intervenían cada vez más buscando una pequeña tajada al asunto. Todo empeoraba a tal grado que todo el mundo entero iba sumergiéndose en enfrentamientos bélicos permanentes. Pese a que organizaciones pacifistas se unieron, nada podrían hacer. La tercera guerra mundial era inminente, algunos con temor vociferaban tal repulsiva frase, estaba en boca de todos y era un hecho que ya lo estábamos viviendo. De seguro que sería diferente a la primera y segunda guerra mundial puesto que está vez había muchos más avances, investigaciones y desarrollo de nuevas armas de destrucción masiva, los efectos secundarios serían inauditos.

     Aquellas noticias trágicas eran el pan de todos los días, escuchar noticias atroces cada mañana, tarde y noche, de cómo el mundo maravilloso en el que vivíamos se desmoronaba. Ver como nuestro planeta que ha sido nuestro hogar durante años se trastorna como pequeñas piezas de rompecabezas donde una vez sueltas no volverían a encajar porque ya estaban rotas. 
_._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._.

     Refugiados en una especie de bunker, situado en un lugar alejado de todo, casi en la nada, un perfecto escondite, nos manteníamos en silencio resguardados por las paredes de hormigón y hierro que nos brindaban seguridad ante aquellos temibles monstruos que en algún momento fueron personas y que ahora vagan sin rumbo alguno solamente con el instinto básico de alimentarse de carne humana. 

     Del pequeño grupo que somos algunos todavía siguen en shock, cualquiera lo estaría, ver a tus seres queridos más cercanos morir frente a tus ojos y que al cabo de un tiempo se convierten en algo inhumano, en un cuerpo sin vida y con vida a la vez que busque desgarrar cada parte de ti convirtiéndonos en presas y ellos en depredadores. 

     Cuando sientes que el miedo te consume, la desesperación de carcome te quedas hueco, te deja un vacío profundo del no saber lo que vendrá ni lo que tienes que hacer para afrontarlo, ojalá hubiera un libro de instrucciones para saber cómo hacer frente a cada situación de peligro, un pequeño segundo de oportunidad puede ser tu salvación o condenación. Tan sólo un juego de azar es en lo que se ha convertido la vida actual. La cara de la moneda me da esta respuesta, un destino incierto y tan solo resta prepararme para salir, tal vez despeje respuestas a mil interrogantes que tengo, o tal vez muera en el intento, pero tengo que salir, buscar provisiones, medicinas y alimento, que se acaban desmesuradamente, salir a una carrera entre el tiempo y supervivencia…

Relatos de Terror, Acorralados (Parte II)

Califica este post:
{[['']]}

martes, 1 de noviembre de 2016

Acorralados

     “Ni escondite, ni refugio, es el lugar al cual nos enviaron aquellos militares con la intensión de que nos escondiéramos mientras pase la catástrofe a nivel global, hasta que el caos se disperse. Era una locura, gritos, sirenas, muerte, todo azotaba al mundo que conocíamos. 


     Pero nos enviaron directo a nuestro deceso, nos condenaron a la tan gélida, dolorosa y voraz muerte andante a pocos metros como medio de distracción para que los malditos soldados pudieran escapar de los zombis, pero no, de ninguna manera nos quedaríamos tranquilos mientras nos devoran esos horribles engendros, ellos tendrían que luchar para saborear nuestra carne, no se los dejaríamos tan fácil.

     Las defensas de la puerta comenzaban a ceder, y aquellos seres aullaban desesperadamente por entrar…”

     Me estremecí al leer esas últimas notas amarillas, diario de un pobre sujeto con su familia atrapada en un pequeño garaje.

     Es triste ver a lo que ha llegado la humanidad, me dije a mí mismo, buscando poder, ambición por agrandar territorios como si fueran dueños de la tierra, buscar solamente beneficio propio y egoísta, añorando riquezas, todo a causa del mundano dinero. Llegar a tal punto de crear armas químicas de toda clase, armas nucleares, para su destrucción, ser la única raza que busque exterminarse así misma.

     Ahora se ven los resultados, ahora en esta época los pocos seres humanos que quedamos, vivimos con miedo, con angustia, escapando de la muerte, alargando nuestro tan evidente destino. Mientras yo sigo aquí uniendo partes, documentando recuerdos que encuentro del antiguo mundo, como un magistral rompecabezas y registrándolo todo en una vieja grabadora de voz.

     Empieza a oscurecer, una señal de que debo buscar un refugió (si es que lo consigo), escucho pasos alarmantes ya muy conocidos, están cerca, con sus típicas voces guturales, detesto demasiado aquellos demonios en verdad, empiezo a pensar que les atrae el olor a vivos, nos olfatean como perros buscando comida, siempre saben dónde encontrarnos, apresuro la marcha mientras en mi mente recuerdo la misión a la que he sido encomendado, buscar provisiones para la poca gente que aún queda con vida, somos ya como una familia, son mi responsabilidad, lo hago por ellos.

     El miedo me consume, no encuentro un buen lugar oculto. Empiezan a llegar más zombis desde el otro extremo de la avenida, logro verlos acercarse, temo lo peor esta noche sin dejar de sentir pánico, horror, siento escalofríos por el ambiente en el que me encuentro, recorre en mí el fuerte sentimiento de que desde siempre hemos sido prisioneros, siempre hemos sido presos, y hemos estado acorralados en este mundo que sin duda, llegará a su fin.
Estamos condenados.


Relatos de Terror, Acorralados

Califica este post:
{[['']]}

domingo, 30 de octubre de 2016

Frío

     Era una tarde tormentosa de Junio, oía claramente como las gotas caían sin cesar despiadadas y fúnebres sobre el tejado, así como un par de furiosos relámpagos que manifestaban su presencia en la lejanía. El tiempo castigaba con un frío glacial toda la región, pero en especial mi alcoba. Hace años que no llegaba una temporada así. Aunque estuviera cubierto por un mundo de cobijas, el frío lograba introducirse a través de ellas levemente, consiguiendo así, hacerme temblar frenéticamente aquella tarde.

     De pronto, el fuerte viento hizo que la lluvia se desviara y empezara a caer sobre mi ventana, era como si alguien, no, era como si varias personas tocaran para pedir permiso y entrar. Tuve un pequeño sobresalto por ello, pues, las gotas de lluvia empezaron a caer más y más deprisa, azotando la ventaba con violencia. Me levanté, y lentamente me fui acercando para ver lo que sucedía. Pero, noté algo inusual. Una especie de neblina se iba aproximando rápidamente desde el horizonte, se iba apoderando de todo el espectacular paisaje de verano que solía contemplar en ocasiones frente a mi ventana. Aquellas nubes blancas iban secando todo rastro de vida a su paso. Árboles y plantas de jardines vecinos tomaban un color grisáceo hasta secarse por completo. Los pocos perros callejeros que vagaban por los alrededores ladraban sin cesar y corrían despavoridos, pero, la neblina los alcanzó a todos. Terminaron con un desgarrador chillido de dolor final y tan sólo quedaban huesos inertes de ellos sobre la acera. 

     !No quedaba nada! Aquella neblina se hizo tan espesa que el panorama se tornó apagado, ¡Ya no podía ver nada! No resistí, no resistí seguir viendo todo aquel penoso escenario de muerte, y de mis ojos tan sólo brotaron lágrimas amargas de pesar y tristeza. Me alejé de la ventana y tan sólo vi como aquella nube blanca se colaba dentro de mi habitación, trayendo consigo un frío tenaz, un frío voraz y gélido como nunca antes había sentido, se iba impregnando de a poco sobre mis huesos haciéndome retorcer de dolor. 

     Al cabo de un momento, todo a mí alrededor se volvió opaco, sombrío y tétrico. Todo a mí alrededor se quedó en silencio, como si alguien apagase todo el ruido externo de la ciudad. Me sentía extraño. Al darme la vuelta, me sorprendí mucho al verme a mi mismo. ¡Era yo! Y estaba dormido sobre mi cama. No lo podía creer, mi mente no aceptaba tal realidad. Pero no era sólo yo, decenas de sombras oscuras de forma humana posaban alrededor, observándome fijamente con odio, murmuraban y susurraban. Uno de ellos volteó a verme, me asusté demasiado. 

     Desperté con los sentidos acelerados y sentí como el frío, aquel jodido frío no desapareció jamás…

Relatos de terror, Frío

Califica este post:
{[['']]}

domingo, 23 de octubre de 2016

Ángel Demoníaco

     No importa lo que haga, aquel ser endemoniado esta tras la puerta, me persigue a cada instante, ya no puedo correr más; estoy cansado de correr, estoy harto de huir. Sólo dejaré, dejaré que me mate, así tal vez tenga esa paz, al fin ya no tendré la miserable vida que llevo desde que era pequeño.

     Recuerdo que desde mis primeros años de vida, pasaba solo en casa, no tenía amigos humanos, no tenía con quien hablar en el día, mi familia, mis padres, mis hermanos pasaban cada quien en sus mundos, cada quien en sus cosas, yo estaba aislado, muy solitario en mi propio hogar.

     En la escuela se burlaban de mí, odiaba las bromas pesadas, los insultos que me hacían, era un infierno ir cada día, solo huía siempre con lágrimas en los ojos, deseando que todos murieran, que me dejen tranquilo. Tenía deseos de matarlos a todos y cada uno, desmembrando cada parte de ellos como presas de carne.

     La mascota a quien más amaba en aquel entonces, mi querido cachorro Barbas, me lo arrebato un camión, se me partió el alma cuando vi a mi pequeño fiel amigo tirado en el suelo chillando de dolor, su tormento, su agonía duro unos 15 minutos más o menos, en los cuales por mi mente pasaba mil maneras de vengarme, sentía tanto odio a la gente, y pensar de como rosearía aquel tipo con gasolina, le prendería fuego, lo torturaría y se lamente por lo que le hizo a mi fiel amigo.

     Todos esos y muchos eventos de esos pasaron por mi mente en pequeños segundos, no tengo idea del porqué, pero ya ni importaba, aquel ser estaba frente a mí, era indescriptible, era horroroso, con unas grandes alas negras, solo sentía nauseas al verlo.

Se acercó y me dijo



     - Soy tu ángel, siempre he formado parte de ti, aunque has intentado acabar con tu vida en algunas ocasiones, yo lo he impedido, porque tienes un propósito. Tu existencia no es en vano, eres grande, tienes un gran destino en tus manos. 

     Es hora de que despiertes tu verdadero potencial, con tu ayuda lograremos erradicar a los humanos, y sumergir esta tierra en un mundo de demonios, reclamar este lugar que nos ha pertenecido desde siempre.



     Me quedé atónito, petrificado, pero lo quería, en el fondo lo deseaba, ansiaba tener ese poder, tener la oportunidad de hacer pagar por sus pecados a cada humano, ¡oh si! tendrán una dolorosa y temible muerte, será mi venganza de este podrido mundo.



     En mi rostro se formó una gran sonrisa y en mi interior, algo muy dentro, algo muy espeso empezó a nacer, algo muy oscuro, pero se sentía tan bien. Por fin encontraba un propósito, un tan agradable propósito a mi miserable existencia. 



Relatos de terror, Ángel Demoníaco

Califica este post:
{[['']]}

domingo, 16 de octubre de 2016

Coma

     Nunca había estado en un lugar así, era una especie de laberinto tétrico, se notaba gran cantidad de puertas con números sobre cada una, pasillos interminables apenas alumbrados tenuemente, las luces parpadeaban como si quisieran ocultar cosas espantosas entre las sombras, las paredes manchadas con sangre seca que dibujaba líneas de diversos tamaños, huellas de manos, y figuras irreconocibles a lo largo de las paredes, pero, distinguía de repente mientras caminaba palabras: "ayuda", "por favor", "alguien"... todas ellas escritas con sangre ¿Aún fresca?

    Sucumbía en mí, una amarga sensación, sensación de horror, angustia y desesperación, ver aquellos cuadros que daría escalofríos hasta el más valiente, además el lugar estaba dotado con un olor nauseabundo, casi insoportable, olor a muerte. 

    Un grito de tormento se escuchó de repente, sonando como eco a través de todo el pasillo, me apresuré lo más rápido hacía la fuente de tal atronador lamento, doblando el pasillo. De pronto, logré ver la imagen de una especie de enorme perro de tres cabezas sobre un charco de sangre, tan desfigurado con todos sus pellejos colgando, veía sus huesos y su piel con gran cantidad de gusanos blancos que se movían entre los agujeros de su carne, se notaba un claro estado de descomposición del animal pero seguía allí en pie, entre sus colmillos había restos del pobre sujeto que gritaba antes supuse. Aquella bestia notó mi presencia y junto con él un gruñido espasmódico desde unos cincuenta metros en mi dirección, inmediatamente mi instinto movió mi cuerpo y echó a correr en la dirección contraria, duré unos cuantos minutos en el acto, pues mi condición no era precisamente atlética como quisiera en aquellos momentos y ya me sentía fatigado bajando el ritmo rápidamente, aun así, aquella fiera ya estaba a unos escasos metros de mí. 

    Cuando repentinamente oí susurros, voces familiares, algo muy extraño en esos momentos, sin pensarlo, gire el pasillo y me dirigí hacia una de las puertas de dónde provenían los sonidos y la abrí velozmente.

     Me encontré de pronto recostado sobre una camilla, borrosamente pude distinguir una luz blanca que provenía del techo de la habitación, tenía un aparato de oxígeno y estaba conectado a varias máquinas de monitoreo, mire a los lados y veía que me acechaban miradas, miradas fijas mezcladas con lágrimas…

Relatos de terror, Coma

Califica este post:
{[['']]}

Coma (Parte II)

     Ha pasado un buen tiempo desde aquellos días en que permanecí en coma, varios doctores me habían sentenciado a un estado vegetativo irremediable por siempre, el daño que me causó un trágico accidente de tránsito mientras conducía en la noche por la carretera hacia mi hogar, aquel hecho fue el detonante para permanecer en cama por un tiempo indefinido, llevaba ya tres años en ese estado, mi familia iba perdiendo poco a poco las esperanzas, simplemente me iban a desconectar. Algo inusual pasó ese día, los doctores impactados sentenciaron que fue un milagro, un hecho sin explicación alguna, tal vez fui muy afortunado al haber despertado, el haber huido de aquellos laberintos sin fin y de la bestia que me perseguía, pero frecuentemente pienso que ojalá hubiera terminado todo, mejor debieron haberme dejado en ese sueño eterno sentenciado a muerte. 

     He tenido pesadillas monstruosas desde que salí de alta del hospital, tal vez tenga que aprender a vivir con ello hasta el final de mis días, o tal vez de un momento a otro se me olviden, en fin, es insoportable, quisiera esconderme en algún lugar, ojala hubiera escapatoria, me estoy volviendo loco, empiezo a perder la cordura.

     Desperté en la madrugada como de costumbre asustado, agitado y acompañado de una terrible migraña, he comprado un montón de calmantes, cada día me tomo de cuatro a cinco pastillas para estabilizarme, para tranquilizarme, implorando que los medicamentos surjan efecto, siento cada vez que necesito incrementar la dosis a medida que pasa el tiempo. Sentado al borde de mi cama llegaban a mi mente pequeñas imágenes del pasado. 

     Varios años atrás recuerdo que un día, mientras hacía una inspección de rutina en el área que me encomendaron, pues era un militar en servicio activo y siempre había que estar en vigilancia permanente de nuestro entorno, llegaba el atardecer y los rayos de sol iban perdiendo su intensidad dando paso a pequeñas sombras que se formaban por toda la vegetación. 

     Repentinamente, a una cierta distancia de mi posición, escuché hojas secas que se rompían a la lejanía, sin duda eran pisadas de alguien, además de que algunos arbustos se movieran, no como los mueve el viento de forma natural, sino como sí alguien pasara a través de ellos, causando revuelo entre sus ramas. De un respingo di unos pasos atrás, causaba en mi un nerviosismo de mil demonios ese suceso repentino, ningún otro colega tenía que estar a esas horas por mi sector, todos debían estar en sus puestos hasta que llegue la mañana y termine nuestro turno ocupándolo un reemplazo para que tome nuestra posta, entonces la única posibilidad era que fuera un intruso, algún espía que nos vigilaba y tal vez planeara entrar a nuestro fuerte militar, tal vez a robar munición, armamento o cosas por el estilo. 

     Traté de comunicarme por radio para alertar de la situación, pero algo singular sucedía, simplemente escuchaba estática, nunca había pasado antes, las transmisiones por radio siempre era fluidas, casi nítidas, tal vez el trasto de descompuso de alguna forma pensé. Tomé mi arma, un fusil modelo HK-MP5 que a todos los soldados nos daban una vez acabáramos el curso de nuestro adiestramiento y formación, me gustaba mucho, pues se ajustaba perfectamente a mi hombro por lo que al momento de disparar, eran certeros mis tiros. 

     Me puse inmediatamente en marcha en la dirección de aquel repentino ruido, muy extraño por cierto, mi zona estaba prácticamente aislada de la civilización, solamente el área, el terreno de nuestro cuartel estaba delimitaba por una malla, adicionalmente en la parte superior se colocó una barrera de alambres para ganado, ni siquiera aún se había construido una carretera por donde pudieran pasar vehículos al otro lado, nadie quisiese rondar por esos sitios desolados. 

     Encendí mi linterna, pues ya todo se oscureció completamente, aunque el cielo estaba despejado, se lograba divisar las estrellas, pero la luna, aquella esfera color perla característica de la noche no estaba por ningún lado, definitivamente algo andaba mal, no era normal, además era como si medida que seguía avanzando la flora iba perdiendo vida, veía árboles ya secos sin hojas, algunos daban la sensación de tener forma humana, pero estaban deformados, sus ramas largas secas estaban torcidas que daban espanto, algunas flores silvestres desparramadas por todo el campo, tampoco el característico cantar de grillos que desempeñaban importantísimo papel en el paisaje nocturno no existía ya, sin darme cuenta todo se encontraba bajo el efecto de un silencio de ultratumba. 

     Estuve cerca de media hora caminando, sin suerte no encontré rastros de lo que hubiera provocado que yo empezará una persecución, me estaba desesperando, ese sentimiento profundo que carcomía mi pecho, aquel sabor a pérdida, no encontraba el camino de regreso, el miedo debido a las tinieblas empezaba a invadirme de a poco, era como si estuviera en otro sitio, era como si fuera transportado a un lugar lejano, iluminé brevemente los alrededores, me sorprendí mucho, ya toda la maleza de hace unos momentos no estaba, el ambiente se hizo claramente pesado, me daba mala espina. 

     Noté un viento ártico que sopló sobre mi nuca, recorría por todo mi cuerpo, hasta hacerme sentir un frío terrible, me di la vuelta y era mi asombro aún más, todo el lugar de pronto se convirtió en un escalofriante cementerio, lápidas por doquier, ataúdes abiertos estaban fuera, era como si todo fuera saqueado, pero lo que me sorprendió mas era que había pentagramas de color rojo dibujados en cada lápida, cráneos agrupados formando una pequeña columna en medio del terreno. Alado estaba ahí parada de espaldas, podía ver a una mujer, tenía una larga cabellera color castaño que le llegaban hasta los pies, sus brazos y piernas denotaban un pálido color de piel, tenía puesto un vestido blanco salpicado con pequeñas gotas de sangre, estaba descalza. 

      — ¡Psst!... Hol… ¡Hey!... ¡Hola! ¿Qué haces aquí? 

     Apenas se lograba escuchar mi voz por el nerviosismo de punta que tenía, pensé que no me escuchó como me imaginaba, insistí, la llamé nuevamente, no hubo respuesta. Así que le apunté con mi fusil, la tenía en la mira mientras planeaba rodearla para verle el rostro alejado a suficiente distancia, fue una muy mala idea, en el acto apenas empezaba a dar el primer paso, su cabeza bruscamente tomó un giro de 180º hacia mi dirección, no tenía ningún rastro de ojos, ni nariz, es decir no tenía rostro, no tenía expresión alguna, solamente mantenía una boca de la cual emitió una especie de sonido, un chillido inhumano ensordecedor. Del susto disparé, me alarmé aún más, la bala atravesó su hombro dando paso a un gran agujero en él, pero pareciese que no le importase a ella, antes de dar el segundo disparo, una fuerza sobrenatural me empujó unos metros más atrás, mi arma salió disparada, hacía un lugar incierto, la linterna por suerte quedó a la altura de mis botas, podía ver el rayo de luz característico que emanaba, la recogí rápidamente mientras trataba de ponerme en pie, pero al alzar la vista, la tenía frente a mí, de aspecto horrendo sus venas sobresalían, en medio de todo el espacio en blanco donde deberían estar sus órganos de los sentidos de vista y olfato, claro si es que fuera humana. 

     Se quedó unos cuantos segundos frente a mí, mientras la adrenalina impulsada por el sentimiento de pánico me inundaba, la boca de esa cosa se abrió considerablemente de tal manera que sólo veía negrura dentro de ella. 

     Llegó hacia mis ojos un resplandor intenso, como si el potente flash de una cámara me impactara de lleno, caí de mi cama hacia el suelo, una descarga eléctrica sacudía mi cabeza, mientras mi cuerpo realiza movimientos bruscos en todas las direcciones, mi mente se va quedando en blanco, no puedo reaccionar y la vista se va nublando, todo se oscurece mientras me falta la respiración…

Relatos de terror, Coma (Parte II)

Califica este post:
{[['']]}

WhatsApp

Relatos de terror, WhatsApp


     Llegué a casa, y de inmediato, saqué de mi mochila la caja de mi nuevo teléfono celular. Tuve la necesidad de comprar uno nuevo debido a que, necesitaba comunicarme con mi familia, yo vivía lejos en la capital debido a mis estudios universitarios. Ya hace un buen tiempo que no sabía de ellos, y necesitaba llamarlos. Mi último celular me lo robaron hace un par de semanas unos maleantes mientras caminaba de regreso a casa una noche.

      Bien, la tapa de la caja ponía entre letras grises “SAMSUNG Galaxy S6 edge”. Sentí un enorme sentimiento de satisfacción mezclado con algo de emoción al abrir la caja de mi nuevo Smartphone, se veía fabuloso, y además, venía con todos los accesorios imaginados disponibles para un buen Smartphone. A pesar de que tenía un aura extraña el ambiente y la mala espina que me causó comprarlo, pero no presté atención. Lo adquirí a mitad de precio en un nuevo local que acababa de abrir en la ciudad, el lugar tenía una decoración algo extraña y oscura, también vendía unos pequeños muñecos de trapo. Yo era el primer cliente que recibían. Según la señora que me atendió, con una voz algo ronca, dijo que estaban ofertando esa clase de teléfonos nuevos de promoción para ganarse a la clientela. Me pareció súper barato el teléfono pero para mí estaba bien, le pagué el dinero y me marché lo más pronto posible.

     Estaba recostado en mi cama, mientras tanto, moneaba el mundo de aplicaciones que venían en el teléfono por defecto. A la vez, agregaba todos los números telefónicos de mis contactos nuevamente. Cuando, de pronto, una luz parpadeante blanca apareció por unos momentos en toda la pantalla, luego el celular se apagó por completo, lo quise encender de nuevo, presionando el botón varias veces como un maníaco, pero nada, al parecer no funcionaba ya. Maldije aquella señora que me lo vendió y me maldije a mí mismo por lo estúpido que fue, el haberlo comprado en aquel local de procedencia dudosa, y encima demasiado barato. La claridad del día se esfumó hace un buen rato, así que tenía pensado ir el siguiente día al local y pedir mi dinero de vuelta, sentía mucha rabia.

     Como de costumbre comí algo ligero esa noche, acabé mis tareas para el día siguiente y me fui a dormir. Pasaron unas horas y, de un respingo, abrí los ojos, estaba agitado. Lo que faltaba, acababa de tener una horrenda pesadilla, sentado en mi cama, sacudí mi cabeza de un lado a otro, encendí mi reloj de pulsera, marcaba las 3:15 am. Repentinamente, de nuevo, una luz blanca apareció sobre la pantalla de mi celular que lo coloqué sobre un velador que tenía. El teléfono se encendió automáticamente, me sentí algo sorprendido por lo que acababa de suceder, o tal vez seguía soñando o tal vez mi mente me jugaba una mala pasada nocturna. Al cabo de unos minutos, en la mitad de la pantalla apareció una notificación encima del ícono verde de WhatsApp, y en la parte superior apareció un mensaje, el numero remitente no lo tenía agregado era del número: “+593999666666”. No importaba, presione el mensaje y la aplicación se abrió.

— ¡Hola!
                                                                            — Hola. Respondí.

— ¡Hey! ¡Cuánto tiempo!, respondió de inmediato.


Se me hizo un nudo en el estómago.

                                                                             — Quién eres?  

Finalmente escribí.

— Vamos hombre, ¿Qué no me recuerdas?

                                                                              — No, creo que te equivocas, 
                                                                                  no sé quién diablos 
                                                                                  seas. 


— Somos amigos desde años, he estado 
    contigo en todo momento. 

                                                                               — Estas confundido de número 

                                                                                   amigo, por favor, no molestes, 
                                                                                   no me escribas más.  

—No hay que ponerse rudos, Se dónde vive tu 

familia, se dónde vives tú, no me hagas ir por 
ti o uno de ellos. Sólo haz lo que te pida

                                                                               — Sea quien seas, no estoy para 

                                                                                   bromas, ¡Jódete! Adiós.  


     Temblorosamente cerré la aplicación de golpe, el corazón se me aceleró y me realmente me asusté con aquellos mensajes. Pero, una última notificación de nuevo se colocó encima de la pantalla del celular con un mensaje.

— Quieres jugar eh, pues juguemos esta noche…

***************************************************************************

     Está fue una trágica noticia de un muchacho que desapareció al sur de la capital en Febrero de 2016. Esta semana lo encontraron cerca de un río degollado, según fuentes confiables, encontraron esta historia escrita en su laptop y el celular que menciona en la historia no fue encontrado por ningún lado en la habitación del muchacho para su respectiva investigación y así encontrar a un posible sospechoso del crimen. El caso continúa abierto.

     Dejando varias páginas en blanco, una última nota escribió el muchacho al final del documento de texto que decía:

Nota: Y ahora que leíste mi historia, tienes que reenviarlo a 5 de tus contactos en WhatsApp antes de las 3:33 am, sino lo haces, él vendrá por ti, y algo terrible te ocurrirá esta noche mientras duermes….

Califica este post:
{[['']]}

Condenado

     Terminaba de acostarme en mi cama a gusto, simplemente estaba agotado y quería descansar de un largo día laboral, la oscuridad que me brindaba mi acogedora habitación me hacía bien, me hacía sentir relajado, me sentía a gusto, poco a poco me iba adormeciendo y el sueño me empezaba a consumir.

     De pronto, note como una luz brillante, una luz blanca, muy intensa, se filtraba por los contornos de la puerta en mi habitación en medio de toda la oscuridad, me quedé sorprendido, empezando a recorrer temor por todo el cuerpo y me quedé expectante, muy quieto por todo lo que ocurría, esperando.

     Algo insólito ocurría, la puerta de pronto se desvaneció dando paso a toda la rara luz demasiado blanca, impactando directamente sobre mis ojos, gire a un lado pues me dejo ciego por unos instantes, aquella luz se fue opacando, mientras apareció una sombra, luego pude distinguir mejor borrosamente, me miraba fijamente un sujeto extraño, de aspecto misterioso, su rostro era negro como una sombra, no tenía forma, si me preguntan el rostro de aquel tipo, les diría que era como mirar todo el espacio, el universo, el cosmos a través de su rostro, uno se podría introducir allí y no salir jamás, era, era algo extraordinario.

     Poseía unas vestimentas singulares, extravagantes, su contextura pareciera la de un ser humano, pero no lo era. En fin, me salí de aquel transe, me detuve de seguir mirándolo y me apresure a coger el teléfono y llamar, la línea estaba cortada, no tenía un arma a la mano para defenderme, de seguro sería la última vez que mis amigos y familia me verían. Salte de la cama poniéndome mis zapatos, mi objetivo era derribarlo corriendo. Pero apenas me puse de pie, todo mi cuerpo se paralizó, no podía mover ningún músculo, estaba entumecido completamente, me levanto hasta el techo como si especie de fuerza me levantase, sólo me di cuenta pero ya estaba arriba en el centro de la habitación, solo podía mirar. En mi mente llegaban palabras, como si aquel ser me hablase, simplemente dijo: 
     <<Los humanos no merecen este planeta, es hora de que nos lo devuelvan, regresaremos a tomar lo que es nuestro>>. Luego caí al suelo

     Aquel ser de pronto se desfiguró completamente, dando lugar a un horripilante ser, se formó como una boca, con unos dientes gigantes, se formaban una especie de ojos a los costados, transmitían odio, furia, enojo, todo su cuerpo se redujo a una masa negra, babosa y espesa, se empezaban a formar rostros de personas, pidiendo ayuda, suplicando en medio de llantos auxilio, de verás era un cuadro espeluznante, de repente, de su boca salió, una especie de lengua, algo muy larga, sobre ella, le adornaba unos ojos mirando en todas las direcciones posibles. Rápidamente, me enrolló todo el cuerpo, me elevó en el aire, abrió su enorme boca, y dentro pude ver cómo era una especie de hervidero de sangre y cadáveres desmenuzados, vomité al ver tal espectáculo repugnante, supuse que yo era el siguiente en formar parte de aquel, mezcla de lamentos y carne.

     Empecé a recordar, en las noticieros, todo el tiempo daban reportes de gente desaparecida, que no dejaba ni un rastro, simplemente como si la tierra se los tragara, ni había certeras teorías o explicaciones científicas que respaldaran tales desapariciones, ahora entiendo el porqué. Recordé mi triste infancia llena de amigos imaginarios, el accidente de bicicleta, y consecuencia de un brazo roto cuando estuve en mi juventud, los desplantes que tuve, relaciones fallidas, un negocio quebrado que quise, todo lo recordaba como una especie de película de mi vida en cámara rápida. Finalmente cerré mis ojos esperando mi inevitable fin.

     Caí de la cama, desperté agitado, desesperado, y de seguro en mi rostro se reflejaba tormento, ha sido la pesadilla más monstruosa que he tenido, nunca me había pasado, me quede un rato en el suelo en medio de la oscuridad, esperando a calmarme, ya luego de un rato estaba más tranquilo, aunque me era difícil de borrar tales espantosas imágenes.

<<Sólo ha sido una pesadilla me dije, sólo una pesadilla…>>

Gire la vista rápidamente en la puerta de mi habitación, alguien prendía unas luces blancas al otro lado de la puerta…


Relatos de terror, Condenado

Califica este post:
{[['']]}

sábado, 15 de octubre de 2016

Corazón

     Cuando Corazón vino a este mundo, solía sentirse muy triste, en ocasiones se sentía demasiado solo. Tras el pasar de los días, definitivamente no le encontraba sentido a su existencia, ni del porqué existía. Hasta el punto de ansiar que llegue su propio fin. 

     Impulsado por ese ferviente deseo de conocer a alguien, decidió emprender un viaje muy, muy largo por valles desconocidos e inexplorados. Se dio cuenta que el mundo no era tan malo como creía y que, a final de cuentas, podía pasarlo muy bien, descubriendo, encontrando, contemplando su entorno. En cada aventura recorrida, conocía a un amigo, un amigo que decidía acompañarlo en su interminable viaje. 

     Luego de un buen tiempo recorriendo amplios terrenos, como por arte de magia, se vio rodeado de muchos amigos, entre ellos: Romance, Verdad, Lealtad, Pasión, Ternura, Placer, Alegría, Amistad y en su última aventura conoció a Amor. Corazón hizo grandes amistades, con los que jugaba y se divertía un montón todo el tiempo. 

     Un día, repentinamente el cielo se vio envuelto en una oscuridad absoluta, dando lugar a estruendos demasiado fuertes, su mundo se vio invadido, invadido por seres extraños muy altos, seres pálidos y de mal aspecto que destruían poco a poco su mundo. Notaron que, muchos de ellos tenían en su pecho prisioneros, aquellos infortunados se encontraban detrás de rejas y encadenados, todos resultaron tener la misma apariencia de su amigo Corazón. 

     Todos los pequeños amigos tuvieron miedo, un miedo aterrador porque sentían que iban a desaparecer. A pesar de ello, prometieron que siempre nada podría separarlos. Apresurados, todos decidieron ocultarse dentro de Corazón, sintiéndose muy seguros. Finalmente Corazón no pudo escapar de su temible destino. Fue capturado.

     Hoy en día, aunque prisionero Corazón, detrás de cada latido y muy dentro de él, sus amigos inseparables se divierten jugando, todos ellos bastante inquietos, deseando finalmente algún día ser libres, huir y continuar sus días llenos de inagotables aventuras.

Relatos de fantasía, Corazón

Califica este post:
{[['']]}

martes, 11 de octubre de 2016

Identidad

     Era un magnífico atardecer como cualquier otro. Admiraba como los colores del cielo iban variando levemente desde un amarillo hacia un naranja irremediable. Mientras el sol, con rojas tonalidades, se iba mezclando naturalmente con el horizonte. Las nubes por su parte se confundían lentamente con las sombras de la noche que anunciaba su llegada. El mar intranquilo en una marcha interminable de ires y venires, deslizaba sus aguas que subían más y más por toda la orilla mojando de esta forma toda la arena a su paso.

     Cerré por un momento los ojos, como para de alguna manera, sentir la ligera brisa marina que me envolvía, como para de alguna manera oír el cautivador cántico de las aves a la lejanía, el choque aleatorio de las olas en el mar. Así que cerré por un momento los ojos, como para de alguna manera, intensificar todos aquellos reconfortantes sentimientos que me traía, el contemplar aquel maravilloso paisaje.

     De pronto, un sentimiento extraño recorrió mi cuerpo, un sentimiento frío inquietante, un sentimiento de desolación, de pánico y… ¿Miedo?

     Algo no estaba bien, sentía realmente que algo no estaba bien en aquel lugar. Al abrir los ojos, el panorama cambió completamente, llegó la oscuridad, y consigo a su paso las miles de estrellas características de la noche, no se encontraban en el cielo, ni las pequeñas nubes que en ocasiones las cubrían, Tampoco lograba identificar la luna en algún punto, es como si hubiese desaparecido en la infinidad del universo sin rastro alguno.

     Sin embargo, extrañamente podía ver a través de toda aquella negrura del ambiente. Seguía en el mismo sitio, continuaba en aquella playa. Angustiado, corrí desesperadamente para buscar a alguien, o llegar al hotel en el que me estaba alojando aquellos días de vacaciones. El terror me invadía, estaba realmente asustado, el corazón me latía sin parar vertiginosamente, podía escuchar cada latido claramente, y es que, por más que corría, sólo encontraba arena a mi paso, no recuerdo por cuanto tiempo corrí, pero no llegué a ningún sitio en concreto, caí al suelo y me quedé tendido para recuperar el aliento.

     Gire momentáneamente la cabeza hacia un lado, di un respingo al notar que, a unos escasos metros de mí había una sombra, una silueta que me observaba. Repentinamente, poco a poco se iba acercado y a medida que lo hacía, pude notar que, aquella figura no era para nada humana. Sus ojos rojos alargados brillaban entre la oscuridad, tenía una cabeza alargada, era como si su piel fuera transparente, no tenía un esqueleto o músculos como los humanos, pero a través de ella pude notar algunos órganos, que por cierto no eran mortales, todos latían a un ritmo descontrolado y que parecían flotar dentro de aquel ser, sus brazos alargados terminaban en una especie de punta como una única garra, y sus pies parecían pezuñas de alguna clase de animal. Estaba realmente horrorizado al ver aquel horripilante monstruo.

     Quise levantarme y correr, pero mis intentos fueron inútiles, no podía realizar ningún movimiento, estaba paralizado. Una luz anaranjada como el atardecer muy intensa se colocó encima de mí y poco a poco fui perdiendo el conocimiento.

     Desperté, estaba en una gran habitación muy blanca, demasiado blanca. Yo me encontraba en una especie de cápsula transparente, compuesta de un material que jamás había visto, era una especie de cama flotante pegada un lado de la habitación. Se encontraban muchos más de esos seres recorriendo la habitación, físicamente no hablaban pero en mi mente se reproducían sonidos desconocidos, se comunicaban en un idioma bastante extraño.

     En otra cápsula había muchos cuerpos, muchas personas muertas que tenían el rostro y cuerpo despellejado, algunos otros cuerpos estaban cercenados en incontables pedazos de carne, y la sangre recorría en una especie de tubería hacía otra habitación. Al cabo de unos minutos, uno de ellos se acercó, en mi mente decía algo indescifrable, pero luego de unos instantes, dijo algo en español:

     —Somos… tú existencia…no merecen… vida. Partes… todas… estamos… tú identidad…pertenece…nos. Llegaremos…pronto…

     Inmediatamente, aquel monstruo tomó mi apariencia humana, los demás engendros voltearon a verme y también, todos ellos se convirtieron en personas.

     Abrí los ojos, estaba sobresaltado tendido a orillas del mar. Muy aterrado, corrí hacía el hotel, solamente quería de algún modo, con ayuda de analgésicos dormirme, descansar y olvidarme de toda aquella espantosa pesadilla.

     Llegué y apresuradamente muy nervioso le pedí las llaves a la recepcionista que me miró muy desconcertada. Recorriendo el pasillo, por unos instantes volteé a mirar a la chica, entonces brillaron sus ojos rojos y sentí realmente que, algo no estaba bien…



Califica este post:
{[['']]}