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Aqui yace un espacio dedicado al don de la escritura, un sitio donde podrás encontrar: relatos, poemas y muchas frases de reflexión y de la vida. Disfruta tu estancia sumergiéndote en el mundo que he creado tan sólo para ti mi estimado lector. Gracias por tu grata visita a mi blog.

RELATOS

Aquí te contaré algunas historias que te harán transportarte hacia aquellos mundos donde todo puede ser posible, relatos que te harán sentir y preguntarte si son reales. Pues... ¿Lo son?

POEMAS

Sencillas palabras que surgen de lo más profundo del corazón y del alma, palabras que estallan en un mar de sentimientos porque así es la vida; tan inesperada, tan impredecible, a veces cálida, a veces fría.

FRASES

Espero con estas pequeñas frases encuentres refugio, encuentres motivación y fuerzas que te permitan seguir adelante en el camino de la vida, pues cada día es una nueva oportunidad para hacer lo que siempre quisiste, el simple hecho de SONREIR y ser FELIZ en el mundo.

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domingo, 22 de enero de 2017

Edén

      Recuerdo que era la fría mañana de un lunes como cualquier otro. Al despertar, pude oír claramente como pequeñas gotas continuas de agua impactaban sin cesar sobre el cristal de la ventana de mi habitación. Naturalmente, quería quedarme en el refugio de mi cama por varias horas más, incluso toda la mañana. Pero, al cabo de unos pequeños minutos, logré reunir toda la fuerza de voluntad que tenía en esos momentos y finalmente como un acto heroico, me levanté.

      Tomé una ducha, me vestí, desayuné algo rápido y al ver la hora en mi celular me asusté. Apresurado, cogí mi maleta y salí de mi casa a paso rápido con la esperanza de tomar un taxi de inmediato e ir a la Universidad en donde estudiaba.

      Siempre, las mañanas de lluvia, el ambiente se torna un tanto opaco, apagado y a veces algo triste para muchos; ya que, no se puede realizar muchas actividades al aire libre como lo harían en un día soleado, aun así, a mí en lo personal me gusta mucho la lluvia; en especial cuando llega acompañado de truenos y relámpagos. Es una especie de paisaje espectacular ver la lluvia caer; a la vez, el poder admirar como inesperados rayos se forman entre las nubes y caen en algún lugar lejano de vez en cuando.

      Por otra parte, el tráfico se pone terrible y las calles suelen estar envueltas en un frenesí de gritos de chóferes exaltados e intensos pitidos de sus vehículos, gente corriendo de un lado para otro buscando refugio en el umbral de la puerta de alguna casa. En fin, todas aquellas personas ansiando llegar a tiempo a su destino.

      Mientras tanto, yo esperaba en la avenida principal de mi casa a que pasara un taxi que no estuviera repleto. Muchos pasaban llenos, llevando a padres o madres con sus hijos, apurados dirigiéndose a sus respectivas instituciones educativas. Lamentablemente, no tuve suerte de encontrar uno disponible por unos diez minutos en aquellos instantes; hasta que, por fin logré divisar uno que llegaba en la lejanía al otro extremo de la calle, alcé la mano y éste prendió fugazmente las luces delanteras del automóvil, como si el vehículo parpadeara, esa era precisamente la señal que necesitaba, comencé a correr.

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      Mateo era un buen hombre, trabajaba incansablemente cada día, y el tiempo le alcanzaba poco para pasarlo cada día con su hijo Tommy, aun así, desempeñaba un importantísimo y complicado papel de padre y madre a la vez cuidando a su querido hijo de tan sólo siete años de edad. Un día, su madre sin explicación alguna, como poseída; cogió furiosa una maleta, puso varias de sus cosas y se marchó sin contemplaciones cuando el pequeño Tommy tan sólo tenía dos años.

      El pequeño aunque pasaba muchas de las veces solo en casa, no se sentía como tal, el tiempo volaba por las tardes; luego de hacer sus tareas escolares, se sentaba frente a la TV y veía sus tan graciosas caricaturas, o también en ciertas ocasiones se rodeaba de todos los juguetes y peluches que más podía e inventaba historias, un mundo ficticio de héroes y villanos enfrentándose hasta la muerte. Es así como pasaba acompañado con sus pequeños amigos cada día, en aquellos mundos mágicos en el interior de su reducida habitación.

      El chico era muy listo, demasiado perspicaz para su edad, se daba cuenta fácilmente de muchas cosas que pasaban a su alrededor; como las veces en que su padre llegaba agotado por el trabajo y no quería hablar, ocasiones cuando estaba enojado por alguna travesura que hizo (muchas de ellas no eran a propósito), ahí sabía que esos eran los momentos cuando no debía acercarse para nada a su padre. Así como había los malos momentos, también existían los buenos, aquellos que en los que se reían por todo, se divertían sin parar cuando jugaban juntos, o cuando simplemente salían al parque a pasear, contemplando paisajes, respirando aire puro, así como el ver a otros niños jugar por los alrededores. Todos esos cortos momentos de calidad que le brindaba su padre, eran suficientes razones para que el pequeño quiera inmensamente a su papá, él apreciaba mucho aquello, porque a final de cuentas, eran los dos enfrentando al mundo y sobretodo estaban juntos, y eso, eso era todo lo que importaba.

      A la medianoche de un domingo, Tommy despertó súbitamente, agitado y enrojecido empezó a gritar muy fuerte, rápidamente sus ojos se le llenaron de lágrimas y lloró, lloró desconsoladamente como nunca antes lo había hecho, sus ojos se le empezaron a hinchar en el acto. Mateo por su parte, se asustó considerablemente. En los pequeños años que han pasado junto a su hijo, nunca lo había visto llorar de esa manera, o tal vez era la primera vez que lo veía tener una pesadilla, no lo recordaba tan bien. Entre lágrimas, el muchacho empezó a balbucear algunas palabras y extendió sus brazos, solamente buscaba que su padre lo abrazara y que nunca se apartara de su lado.

      El joven Tommy sentía que algo “malo” iba a pasar, lo sabía muy bien, como muchas cosas que ha presentido desde que tiene memoria, pero esto no eran como una de las cosas que había sentido antes; era algo mucho peor y no quería, rogaba para que no suceda. Abrazo fuertemente a su padre, sintió tanta paz y calidez entre sus brazos, y poco a poco se fue olvidando de tan horrible pesadilla, consiguiendo dormirse una vez más.

      Al día siguiente, Mateo despertó un poco más tarde de lo que solía, lo que le llevo hacer las cosas tan apresuradamente como podía, se alistó para salir y a su hijo también, una vez dentro del vehículo, arrancó. Esa mañana, para su mala suerte, amaneció lloviendo, y cuando eso pasaba, las calles solían congestionarse de carros por doquier. No le gustaba para nada ello, a pesar de todo, hacía lo que podía por rebasar, y conducir velozmente hasta llegar a la escuela de su niño, iba a llegar tarde a la entrada, y por ende no lo dejarían entrar, no podía darse el lujo de que pasara eso.

      En una avenida principal, el hombre creyó que podría pasar el semáforo en naranja, su adrenalina le llevó a presionar el pedal del acelerador a fondo, creyó, confió en que lo lograría, estuvo a punto de lograrlo… cuando, repentinamente vio como un joven cruzaba la calle corriendo. Mateo no tuvo tiempo de reaccionar.

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      Apenas, lo único que pude hacer fue voltear a ver, vi como dentro de un automóvil un señor y su hijo se aproximaban a toda velocidad. Casi al instante, mi cuerpo se paralizó y recorrió un sentimiento de peligro, de angustia que me hizo estremecer, cerré los ojos por acto instintivo, sabía lo que vendría.

      Noté como un dolor muy intenso, recorría desde un costado de mi cuerpo hacia el resto, sentí como los huesos de mi costilla, cadera y pierna se rompían fácilmente como pequeños cristales y por dentro sentía como que algo estallase y fuera a reventar. No podrían imaginar el grado de dolor que sentí en aquellos segundos, era indescriptible.

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      Por su parte Mateo tampoco salió muy librado del accidente. El cuerpo del joven se estrelló por completo contra el parabrisas, vidrios y cristales rotos salieron despedidos dentro del auto. Mateo alcanzó a girar el volante hacia un lado, acabándose de chocar por completo contra la pared de una casa.

      El impacto fue tremendo, tal que la cabeza de Mateo se pegó muy fuerte contra un vidrio incrustado en el volante, además de otros cortes demasiado profundos en su cuello, se empezó a desangrarse en el acto. El pequeño Tommy aunque también sufrió algunos golpes, alcanzó a escuchar el griterío de la gente asustada afuera y el sonido de sirenas que se aproximaban. El niño con los ojos muy abiertos de la impresión, se quedó inmóvil, con su pequeño corazón palpitándole con fuerza. Se quedó en estado de shock, tan asustado y temblando por todo lo que terminaba de ocurrir.

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      Aun sintiendo un poco de dolor por todo el cuerpo, poco a poco fui abriendo los ojos; sentía los párpados tan pesados como cuando alguien acaba de despertar de un sueño muy profundo.

      Estaba ahí tendido, apreciando una especie de cielo claro y bien iluminado, aunque no veía el sol por ningún lado, no era azul tal como lo conocía, tampoco había nubes, pero era una especie de blanco, blanco como las nubes pero ocupaba todo el firmamento. No sentía el viento como tal en mi piel, pero una especie de frescura lo atravesaba. Sentí que todo el dolor se desvanecía y una clase de calidez llegaba a cada parte de mí. Me sentí mejor y entonces me levanté.

      El lugar en el que me encontraba en esos momentos fue alguna especie de campo, con césped húmedo que llegaba hasta el horizonte. En ciertos tramos del camino había flores de toda clase, muchas de ellas desconocidas, también muchas otras transparentes, pero todas con colores muy vivos, incluso una mezcla de colores que nunca había visto antes.

      Recuerdo que caminé por varios kilómetros, hasta que vi una especie de colina, y corrí hacia ella. Misteriosamente en todo el trayecto no sentí nada de cansancio ni agotamiento físico, siempre me sentía en óptimas condiciones. Al llegar vi como gigantescos árboles nunca antes vistos, estaban dispuestos en forma de entrada hacia algún lugar incierto. Tenían extraños símbolos grabados de múltiples formas geométricas de toda clase y simetría perfecta recorriendo como canales por sus ramas, también por su tronco y hasta en sus hojas, que por cierto eran de forma hexagonal.

      En aquella gran entrada existía una capa, una gran membrana brillante y multicolor que se mecía como si fuera un líquido vibrante suspendido en el aire. Al acercarme más, observé como se iba formando mi reflejo, como si fuera alguna especie de metal o cristal y que no permitía ver que lo que había detrás de ella. Al tocarla con mi mano derecha, ésta se meció más, hasta que hundí mi mano por completo dentro, dando la sensación de entrar al agua, y sin importar nada, finalmente salté al otro lado atravesando aquella entrada.

      Caí en otro lugar, pero esta vez el suelo era el que resplandecía de luz, también había sombras que provenían de la multitud de árboles alrededor, estaba en una especie de bosque, el lugar estaba también en completo silencio como el anterior y tampoco pude escuchar algún tipo de ruido hasta esos momentos. No eran sonidos físicos como los conocemos y que los capta el oído humano, sino que, dentro de mi mente se formaban pequeños murmullos de cánticos de aves y animales que sonaban como eco en la lejanía.

      Mientras caminaba por un rumbo desconocido, a pesar de todo se podía apreciar un maravilloso paisaje sacado de algún lugar de fantasía y aunque no era para nada familiar, me sentía muy cómodo, un ambiente reconfortante en el que sentía tranquilidad, se sentía paz.

      En cada una de las hojas de cada árbol, como cámaras se distinguían millones de escenas: microorganismos moviéndose lentamente, insectos de toda clase, personas yendo y viniendo en las grandes ciudades, animales salvajes corriendo en praderas; algunos corriendo como depredadores, y algunos otros asustados corriendo para ocultarse de ellos, plantas moviéndose de un lado al otro, al ritmo del viento o lluvia, así como otras floreciendo en un día soleado, océanos furiosos llenos de tormentas e insignificantes tripulaciones tratando de sobrevivir ante ellas, mares tranquilos en los que gaviotas volaban en la superficie del agua acechando peces para atraparlos, también se veía como especies marinas de todo tipo nadaban de un lugar a otro, se divisaba como volcanes activos erupcionaban, así como había montañas y nevados tranquilos, se podía observar el espacio estrellado, cientos de astros, constelaciones hasta infinitas galaxias. Mis ojos no podían creer lo que veían, todo lo que vi era algo que escapaba a mi imaginación, era algo excepcional e insólito que hubiera un lugar en el que se podría observar todo lo que conocía y todo lo que me faltaba por conocer a la vez.

      Lo único que se formulaba en mi mente eran preguntas, cientos de preguntas de aquel fantástico lugar.

— ¿En dónde estoy? —pregunté.

      Por unos instantes todo se quedó tan callado como siempre, pero de repente, una voz parecida a la mía, pero en un tono más grave dentro de mi cabeza formulaba la palabra: EDÉN.

Me sorprendí mucho, no esperaba a tener respuesta alguna, entonces volví a preguntar.

— ¿Quién eres? —insistí.

El silencio se volvió a sentir por unos momentos. Nadie respondió

— ¿Para qué o cuál es el propósito de este lugar? —pregunté. Esperando que mis dudas fueran aclaras.

— UN LUGAR DONDE TODO EMPIEZA, ES AQUÍ DONDE TODO SE PURIFICA, DONDE TODO COMIENZA DE NUEVO, DONDE TODO SE FILTRA Y LLEGA A LA TIERRA EN SU ESTADO MÁS PURO. TODO ES UN CICLO… —La voz dentro de mi mente replicó.

— ¿Por qué estoy en este lugar? —contesté de inmediato.

— PARA QUE LO NARRES, TODO TIENE UN PROPÓSITO… —manifestó la singular voz.

— ¿Esté lugar es el cielo? —formulé.

— NO. NO EXISTE LUGAR COMO TAL… — la voz respondió. SÓLO ES UN LUGAR. LOS HUMANOS SON UNA ESPECIE EXTRAÑA, EN ALGÚN MOMENTO NECESITAREMOS COOPERAR Y NECESITAREMOS QUE ESTÉN PREPARADOS. BUSCAMOS QUE CADA GENERACIÓN MEJORE Y LOS QUE NO SE ADAPTEN, SU ENERGÍA Y ESENCIA SIRVE PARA ALIMENTAR ESTE LUGAR…

      Quise seguir interrogando a aquella voz pero, de inmediato dentro de mi cabeza se escuchaba: TODAVÍA NO ES EL TIEMPO… y de pronto, todo se nubló.

      Como si fuese todo en cámara lenta, vi como el trágico accidente, los carros, las personas, el tiempo se invertía en ellos y retrocedía, todo volvía a quedar en su sitio y regrese al momento en el que iba a cruzar la calle, sentí como si algo me jalara. Un carro pasaba a toda velocidad por la avenida. Luego de ello me subí tranquilamente al taxi y en el camino, al ver a través de la ventana trataba de comprender todo lo que había visto y sentido.

       Y fue así como aquel capítulo de mi vida quedara grabado en lo más profundo de mi mente, no estoy seguro de si todo aquello fue alguna especie de alucinación o algún tipo sueño pero, estoy seguro que es algo que nunca olvidaré, nunca olvidaré que viajé hacia algún lugar del mundo llamado… Edén.


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sábado, 14 de enero de 2017

Octubre

     Se dice que cada año, en un día en particular, en un mes especial como lo es Octubre, a las 00:00; los sellos que se encuentran en lugares inciertos y desconocidos esparcidos por todo el planeta se debilitan. Sellos que mantienen al mundo mortal y espiritual separado por una delgada línea espacial y espectral que impiden a los habitantes de cada mundo pasar de un plano al otro. 

     Miles de personas se reúnen angustiadas, algunas llevadas por sentimientos de soledad, algunas otras llevadas por la melancolía, aprovechan este día y realizan rituales oscuros con el único fin de abrir una pequeña brecha entre estos dos mundos. Esta gente solamente quiere traer de vuelta a un ser amado. Sin embargo, aquellos actos imprudentes son algo que no está permitido por las leyes que rigen el mundo del más allá, ni tampoco ésta gente sabe la magnitud del delito que cometen al realizar estos actos prohibidos. Todo tiene un precio… 

     Las puertas que se abren, no sólo dejan pasar a las almas humanas que alguna vez caminaron por este mundo terrenal, sino que también, demonios conjuntamente con otras criaturas aterradoras que gobiernan y habitan en tal mundo recóndito, buscan de esta forma llegar desesperadamente a nuestra realidad. 

     ¿La razón? Pues no es de extrañarse, que cada año tales portales se vayan deteriorando con los años, dejando pasar a gran cantidad de seres a este mundo. Muchos de ellos gozan alimentarse de sentimientos de miedo, sentimientos de dolor y de tristeza de los humanos, estos seres malignos logran apoderarse de sus corazones, de sus almas y sus cuerpos mortales. Tampoco es de extrañarse que a causa de ello, en las últimas décadas han aparecido asesinos seriales, gente que provoca atrocidades con animales indefensos, también con niños pequeños. En fin, gente que comete actos inhumanos que uno ni alcanza a imaginar. 

     Aunque los sellos, por una extraña fuerza mayor logren cerrarse antes que el día termine, y se lleven consigo a muchos espectros, algunos por suerte logran quedarse y cohabitar en nuestro mundo, ocultos. Ellos ahora mismo deben seguir masacrando y devorando almas, corazones humanos, para luego poseer sus cuerpos, es por eso que la maldad existe, y no descansarán hasta poblar y gobernar este plano terrenal, de igual manera como lo hicieron con el mundo espiritual. Es por eso que, en una noche de Octubre mientras duermas plácidamente, aunque sientas impotencia, nada podrás hacer; aunque corras, aunque te escondas ellos te encontrarán. Sólo tienes que resignarte y esperar…esperar a ver tu turno llegar para ser parte de “Ellos”.         


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