!BIENVENIDO!

Aqui yace un espacio dedicado al don de la escritura, un sitio donde podrás encontrar: relatos, poemas y muchas frases de reflexión y de la vida. Disfruta tu estancia sumergiéndote en el mundo que he creado tan sólo para ti mi estimado lector. Gracias por tu grata visita a mi blog.

RELATOS

Aquí te contaré algunas historias que te harán transportarte hacia aquellos mundos donde todo puede ser posible, relatos que te harán sentir y preguntarte si son reales. Pues... ¿Lo son?

POEMAS

Sencillas palabras que surgen de lo más profundo del corazón y del alma, palabras que estallan en un mar de sentimientos porque así es la vida; tan inesperada, tan impredecible, a veces cálida, a veces fría.

FRASES

Espero con estas pequeñas frases encuentres refugio, encuentres motivación y fuerzas que te permitan seguir adelante en el camino de la vida, pues cada día es una nueva oportunidad para hacer lo que siempre quisiste, el simple hecho de SONREIR y ser FELIZ en el mundo.

WATTPAD

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domingo, 27 de noviembre de 2016

Nuestros

     Tras cerrar la puerta de aquella habitación, el corazón me latía a mil, estaba un poco nervioso. Cerré los ojos y me detuve un momento, respiré hondo y al abrirlos nuevamente, de pronto todos aquellos sentimientos de inseguridad se fueron, porque era lo que quería desde hace mucho tiempo, por fin estábamos solos. 

     Ella estaba sentada en el borde de la cama con ambas manos puestas sobre el colchón, sus piernas cruzadas meciéndose de una lado al otro lentamente, obteniendo de esta forma, una pose muy coqueta y provocadora. Ella era de tez blanca, su cabello era castaño oscuro, tenía unos encantadores ojos color miel, traía puesta una blusa roja corta perfectamente escotada, unos jeans azules bien ajustados que moldeaban magníficamente su figura. ¡Por Dios! que hermosa es me dije. 

     Ella sonreía, y a la vez tenía su mirada fijada en mí, era dulce, muy dulce e inocente, simplemente me tenía hechizado, así como un maravilloso amanecer, que poco a poco llenaba de vida toda la habitación en la que nos encontrábamos. 

     Yo le correspondí devolviéndole la mirada, di unos cuantos pasos, me senté junto a ella, y tomando su mejilla acerqué su rostro frente al mío. Ella sencillamente cerró los ojos, y finalmente le planté un beso en sus labios color carmesí, luego le di otro, y otro aumentando la pasión en cada uno de ellos. La fui llenando de besos, a medida que recorría su rostro, al oído le susurraba un fugaz "Te Amo", mientras bajaba y deslizaba mis labios por su cuello. ¡Rayos! Olía tan bien, un aroma a mujer. 

     La sujeté contra mi cuerpo fuerte mientras regresaba a sus delicados labios, mientras la besaba fuerte, ahora plenamente besos apasionados, entre tanto, nos íbamos recostando sobre la cama. Mis manos se deslizaban lentamente por su espalda, debajo de su pequeña blusa, apretándola de esta forma más y más contra mi cuerpo para tenerla muy pegada a mí. 

     El ritmo se fue acelerando y le quite la blusa, ella hizo lo mismo con mi camisa. Entonces, nos seguimos besando apasionadamente, íbamos dando vueltas de un lado para al otro sobre la cama, a la vez que, mis manos iban acariciando cada centímetro de su cuerpo. Sentía como ella me quitaba mi cinturón, me iba desabrochando el botón del pantalón, mientras tanto yo lo hacía de igual forma con el suyo. 

     Ahora sentíamos frenéticamente tan sólo el roce de nuestros cuerpos semidesnudos, en cada caricia, en cada beso que nos dábamos. Su piel era tan suave y tersa. Solos, tan solos en aquella habitación llena de lujuria, apartados del mundo, éramos tan sólo ella y yo. Dispuestos a todo; a entregarnos en cuerpo y alma, el uno al otro. ¡Oh! Íbamos a ser tan nuestros cuando....


Relatos, erótico, impetu de letras

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martes, 8 de noviembre de 2016

Inspiración Nocturna

Poemas, Inspiración Nocturna

La noche, un significado, un concepto, una definición diferente para muchos, un cúmulo de recuerdos nostálgicos cuando llega: para unos motivo de temor, algunos la ven con odio, para otros motivo perfecto para descansar placenteramente, y a unos pocos, a unos cuantos nos inspira, la oscuridad, las estrellas, nos inspira ese aire de romanticismo, esa inspiración inagotable e infinita llena de paz, llena de tranquilidad, y más aún cuando llega la luna. 

¡Oh! ¡La luna! Nuestra más fiel cómplice, cómplice de nuestros desvelos, compañera y amiga.

Al salir nos brinda una brisa no tan fría, sino esa sensación cálida, tenue en el rostro, un aire mágico para hacer despegar nuestra imaginación, acoge nuestros pensamientos y los deja volar intensamente hacia el lugar que quieran.

Mientras caminas, te das cuenta que las luces de la ciudad combinan perfectamente con las estrellas y la luna, amenizan negruras dejando paso a un maravilloso, un grandioso paisaje visto desde lejos que cualquiera quedaría impactado. 

Cuando llega el anochecer, al recostarte al aire libre plácidamente puedes ver el cielo nocturno, como si varios centenares, millares de velas se encendieran a la vez, como si alguien encendiera un interruptor y da paso a esos preciados puntos brillantes de golpe, claro las tan preciadas estrellas, pudiendo dibujar formas inimaginables y de todo tipo con ellas.

Y así, regresas cansado a tu acogedor hogar, con un mundo de ideas nuevas, frescas y planteándote propósitos nuevos antes de sumergirte bajo el irremediable manto de Morfeo, acostarte aspirando soñar con un mundo distinto, un mundo relajado y divertido a la vez. 

Así es la noche, fugaz noche, el lugar donde acudes cuando ya todos se van.

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sábado, 5 de noviembre de 2016

Aquel día


Aquel día mágico de verano te vi pasar,
sin esperarte, sin buscarte, sin pensarte.
Mis ojos se posaron sutilmente sobre ti,
y desde aquel día, 
mi mente no hace más que buscarte.

¡Oh! Mi amor en silencio,
ni lo percibes, ni lo notas,
es tan dura esta agonía, 
de no poderte profesar,
miles de sentimientos guardados hoy por ti,
de cómo mi corazón se acelera tan sólo con pensarte.

Bastó un cruce de miradas tan cómplices, tan fugaces,
para caer rendido y enamorarme de ti,
No corras amor mío, por favor llévame contigo,
ahora que estas aquí en mis sueños, te ves tan perfecta,
escucha mi voz a través del silencio, 
mírame, que también existo.

No importa a donde vayas,
Por ti enfrentaría tempestades,
cualquier distancia, hasta el tiempo.
Hoy vuelvo a sonreír, aunque estés tan lejos,
mi alma por fin encontró una radiante luz,
que opaca la oscuridad de mi triste destino.

Y así es como desde aquel día trato de buscarte, de alcanzarte,
¡Oh! Dulce ángel de la casualidad, 
anhelo con el día de poder hablarte, 
mientras tanto, suspiro por este amor,
este amor que prevalecerá contigo,
admirándote desde la lejanía y eternidad, del frío silencio.
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La última nota

     “A veces, existen hechos que han marcando cada etapa, cada paso que hemos dado a lo largo de nuestra vida, hechos que se quedan grabados en lo más profundo de nuestra mente e inmortalizados en pequeños recuerdos: como aquellos juegos divertidos y sin preocupaciones que vivimos en la infancia, aquellos primeros amores llenos de inocencia e incertidumbre que atravesamos en la adolescencia, y finalmente en la vida adulta, lamentablemente afrontar con todas aquellas responsabilidades aburridas que tenemos frente a la sociedad. 

     Lo he aceptado, algunas cosas tienen que suceder, tal vez por causas del destino, o tal vez simplemente casualidades, muchas de ellas dolorosas, algunas otras felices; pero, todas ellas con el único propósito de aprender para crecer como humanos. Pero, también algo que si es cierto es que, algunos hechos deberían ser borrados por las hojas del olvido, hechos que por causas inexplicables suceden, hechos oscuros, un tanto extraños que no son parte de este mundo terrenal, y siguen sucediendo, lo han hecho por generaciones apareciendo a través de la historia.

     Éste tipo de cosas dan miedo y te atormentan día tras día, noche tras noche, nunca duermes tranquilamente; voces que se introducen en tu cabeza y no te dejan en paz, gritan, aúllan desesperadamente para que hagas lo que dicen y sinceramente no sé hasta cuándo, ni porqué, ni qué buscan al atormentarte una vez que se apoderan de ti. Y aunque, luchas constantemente, llegas a un punto en el que te dejas vencer y terminas cediendo. No sé si alcanzaré a terminar de escribir esto con la poca cordura que me queda. 

     En fin, han transcurrido varios días, y hasta el día de hoy, no puedo borrar de mi mente aquella espantosa entrevista que tuve con aquel tipo (No daré detalles de lo que me dijo, tan sólo pensar en describirlo el cuerpo me tiembla). Sólo pude darme cuenta con tan sólo ver sus ojos y al oír sus palabras transformadas en relato sacadas tal vez de lo más profundo de la oscuridad humana que “Alguien” o “Algo” poseyó aquel individuo. “Algo” que siempre está aquí en este plano terrenal acechándonos desde las tinieblas, vigilándonos sigiloso, constantemente cada día y noche, esperando…

     Aquel señor lo encontraron tirado en el suelo de su habitación inconsciente y desangrándose hace meses atrás. Se había arrancado filamento por filamento el cabello con unas pinzas, llevándose consigo trozos de piel en el acto. Extrañamente tenía manchas oscuras por todo su cuerpo como si fueran moretones. Los vecinos de los alrededores solamente testificaron que oyeron gritos espeluznantes y desgarradores desde el interior de la casa. Ellos lo único que pudieron hacer fue llamar a la policía. Por razones desconocidas, perdió la razón y terminó asesinando a su esposa y sus dos hijos aún menores. Nunca quiso testificar ni dar razones a la policía de lo que hizo cuando despertó en el hospital. El pobre hombre tenía sus ojos desorbitados mirando nerviosamente en todas las direcciones y señalando con su dedo índice a un punto incierto de la habitación.

     — “Él…Él…Él está aquí. Él me ordenó que lo hiciera, yo… yo no quería, pe…pero tenía que hacerlo, no… no tenía otra opción. De verdad, yo…yo no quería hacerlo, amaba a mi familia. Pero era necesario…”. Decía repetidamente, mientras se cubría con sus manos el rostro para echarse a llorar desconsoladamente. 

     Lo condenaron a cadena perpetua a penas se recuperara de sus heridas y algo del shock mental en el que se encontraba, le pusieron una camisa de fuerza por si tratara de herir a alguien o así mismo. Aun así, era muy difícil para el personal cuidarlo, pues gritaba repentinamente como si lo estuvieran torturando por las noches. Mientras tanto, mi jefe me ordenó hacerle una entrevista antes de que se lo lleven a prisión. La prensa en la que trabajaba hizo todos los trámites necesarios para que me permitiera hablar con el tipo, es así como lo conocí en una fría mañana de Octubre en aquel hospital psiquiátrico. 


     Algunas personas por desgracia del destino pierden algo importante en sus vidas. “Algo” se aprovecha de la situación y se introduce dentro de aquellas débiles mentes, haciendo que tengan comportamientos extraños y violentos. Aquellos desafortunados se convierten en simples marionetas, se transforman en peligrosos sanguinarios con mirada endemoniada, perdida y vacía; personas que alguna vez fueron humanos pero desafortunadamente su alma les ha sido arrebatada, quedan como simples cáscaras de carne, ellos ya no sienten más, son nada. 

     A pesar de que he sido de las personas que no se asustan ante cualquier tontería, a pesar de que, he presenciado uno que otro evento paranormal, aun así, aquel tipo logró perturbarme. Logró infundirme un miedo voraz, un sentimiento extraño que carcome tu mente a medida que transcurre el tiempo… 

     Esta noche será inolvidable y maravillosa, lo será para todo el mundo. Los pensamientos de mi cabeza me dicen que lo haga y eso está muy bien, creo que tienen razón, siento que lo que tengo que hacer es lo correcto, es necesario, es sumamente necesario para un bien mayor…”

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Fragmento extraído de la Deep Web, una transcripción de una nota escrita en papel que encontraron en la casa de una periodista estadounidense de treinta años llamada Susan, junto con una copia del guion del programa que ella mismo escribió para su última aparición en el aire aquella macabra noche de 1974. La periodista tomó un revólver y lo puso detrás de su oreja y terminó disparándose en vivo frente a las cámaras. El canal de televisión presenciaba una audiencia cerca de más de medio millón de personas.

Relatos de Terror, La última nota

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jueves, 3 de noviembre de 2016

Acorralados (Parte II)

     Me encontraba en mi oficina como de costumbre, organizando eventos, telefoneando, y organizando papeles continuamente, íbamos a cerrar un gran contrato internacional en las próximas semanas, así que todo debería quedar impecable, por fin nuestra empresa se daría a conocer en el mundo y que parte de la propuesta que teníamos, sería beneficioso para la humanidad.

     Pero, algo no andaba bien desde unos días atrás, no eran días normales como cualquier otro, lo presentía, siempre he tenido un sentimiento que ataca mi corazón, como una pequeña aguja que rasga su superficie, y al mismo tiempo como si algo o alguien lo apretará fuertemente a tal punto de casi hacerlo reventar, esa sensación, aquella sensación que se da cuando algo irá mal. 

     En la radio, noticieros, prensa, medios de comunicación en general, informaban los conflictos armados en Siria, Irak y el Estado Islámico. Batallas interminables que no cesaban, lo único que consiguieron fue que los actos de terrorismo se esparcieran por todo el continente, arrastrando consigo a países aliados y enemigos, ellos poco a poco intervenían cada vez más buscando una pequeña tajada al asunto. Todo empeoraba a tal grado que todo el mundo entero iba sumergiéndose en enfrentamientos bélicos permanentes. Pese a que organizaciones pacifistas se unieron, nada podrían hacer. La tercera guerra mundial era inminente, algunos con temor vociferaban tal repulsiva frase, estaba en boca de todos y era un hecho que ya lo estábamos viviendo. De seguro que sería diferente a la primera y segunda guerra mundial puesto que está vez había muchos más avances, investigaciones y desarrollo de nuevas armas de destrucción masiva, los efectos secundarios serían inauditos.

     Aquellas noticias trágicas eran el pan de todos los días, escuchar noticias atroces cada mañana, tarde y noche, de cómo el mundo maravilloso en el que vivíamos se desmoronaba. Ver como nuestro planeta que ha sido nuestro hogar durante años se trastorna como pequeñas piezas de rompecabezas donde una vez sueltas no volverían a encajar porque ya estaban rotas. 
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     Refugiados en una especie de bunker, situado en un lugar alejado de todo, casi en la nada, un perfecto escondite, nos manteníamos en silencio resguardados por las paredes de hormigón y hierro que nos brindaban seguridad ante aquellos temibles monstruos que en algún momento fueron personas y que ahora vagan sin rumbo alguno solamente con el instinto básico de alimentarse de carne humana. 

     Del pequeño grupo que somos algunos todavía siguen en shock, cualquiera lo estaría, ver a tus seres queridos más cercanos morir frente a tus ojos y que al cabo de un tiempo se convierten en algo inhumano, en un cuerpo sin vida y con vida a la vez que busque desgarrar cada parte de ti convirtiéndonos en presas y ellos en depredadores. 

     Cuando sientes que el miedo te consume, la desesperación de carcome te quedas hueco, te deja un vacío profundo del no saber lo que vendrá ni lo que tienes que hacer para afrontarlo, ojalá hubiera un libro de instrucciones para saber cómo hacer frente a cada situación de peligro, un pequeño segundo de oportunidad puede ser tu salvación o condenación. Tan sólo un juego de azar es en lo que se ha convertido la vida actual. La cara de la moneda me da esta respuesta, un destino incierto y tan solo resta prepararme para salir, tal vez despeje respuestas a mil interrogantes que tengo, o tal vez muera en el intento, pero tengo que salir, buscar provisiones, medicinas y alimento, que se acaban desmesuradamente, salir a una carrera entre el tiempo y supervivencia…

Relatos de Terror, Acorralados (Parte II)

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martes, 1 de noviembre de 2016

Acorralados

     “Ni escondite, ni refugio, es el lugar al cual nos enviaron aquellos militares con la intensión de que nos escondiéramos mientras pase la catástrofe a nivel global, hasta que el caos se disperse. Era una locura, gritos, sirenas, muerte, todo azotaba al mundo que conocíamos. 


     Pero nos enviaron directo a nuestro deceso, nos condenaron a la tan gélida, dolorosa y voraz muerte andante a pocos metros como medio de distracción para que los malditos soldados pudieran escapar de los zombis, pero no, de ninguna manera nos quedaríamos tranquilos mientras nos devoran esos horribles engendros, ellos tendrían que luchar para saborear nuestra carne, no se los dejaríamos tan fácil.

     Las defensas de la puerta comenzaban a ceder, y aquellos seres aullaban desesperadamente por entrar…”

     Me estremecí al leer esas últimas notas amarillas, diario de un pobre sujeto con su familia atrapada en un pequeño garaje.

     Es triste ver a lo que ha llegado la humanidad, me dije a mí mismo, buscando poder, ambición por agrandar territorios como si fueran dueños de la tierra, buscar solamente beneficio propio y egoísta, añorando riquezas, todo a causa del mundano dinero. Llegar a tal punto de crear armas químicas de toda clase, armas nucleares, para su destrucción, ser la única raza que busque exterminarse así misma.

     Ahora se ven los resultados, ahora en esta época los pocos seres humanos que quedamos, vivimos con miedo, con angustia, escapando de la muerte, alargando nuestro tan evidente destino. Mientras yo sigo aquí uniendo partes, documentando recuerdos que encuentro del antiguo mundo, como un magistral rompecabezas y registrándolo todo en una vieja grabadora de voz.

     Empieza a oscurecer, una señal de que debo buscar un refugió (si es que lo consigo), escucho pasos alarmantes ya muy conocidos, están cerca, con sus típicas voces guturales, detesto demasiado aquellos demonios en verdad, empiezo a pensar que les atrae el olor a vivos, nos olfatean como perros buscando comida, siempre saben dónde encontrarnos, apresuro la marcha mientras en mi mente recuerdo la misión a la que he sido encomendado, buscar provisiones para la poca gente que aún queda con vida, somos ya como una familia, son mi responsabilidad, lo hago por ellos.

     El miedo me consume, no encuentro un buen lugar oculto. Empiezan a llegar más zombis desde el otro extremo de la avenida, logro verlos acercarse, temo lo peor esta noche sin dejar de sentir pánico, horror, siento escalofríos por el ambiente en el que me encuentro, recorre en mí el fuerte sentimiento de que desde siempre hemos sido prisioneros, siempre hemos sido presos, y hemos estado acorralados en este mundo que sin duda, llegará a su fin.
Estamos condenados.


Relatos de Terror, Acorralados

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