martes, 8 de noviembre de 2016

Inspiración Nocturna

Poemas, Inspiración Nocturna

La noche, un significado, un concepto, una definición diferente para muchos, un cúmulo de recuerdos nostálgicos cuando llega: para unos motivo de temor, algunos la ven con odio, para otros motivo perfecto para descansar placenteramente, y a unos pocos, a unos cuantos nos inspira, la oscuridad, las estrellas, nos inspira ese aire de romanticismo, esa inspiración inagotable e infinita llena de paz, llena de tranquilidad, y más aún cuando llega la luna. 

¡Oh! ¡La luna! Nuestra más fiel cómplice, cómplice de nuestros desvelos, compañera y amiga.

Al salir nos brinda una brisa no tan fría, sino esa sensación cálida, tenue en el rostro, un aire mágico para hacer despegar nuestra imaginación, acoge nuestros pensamientos y los deja volar intensamente hacia el lugar que quieran.

Mientras caminas, te das cuenta que las luces de la ciudad combinan perfectamente con las estrellas y la luna, amenizan negruras dejando paso a un maravilloso, un grandioso paisaje visto desde lejos que cualquiera quedaría impactado. 

Cuando llega el anochecer, al recostarte al aire libre plácidamente puedes ver el cielo nocturno, como si varios centenares, millares de velas se encendieran a la vez, como si alguien encendiera un interruptor y da paso a esos preciados puntos brillantes de golpe, claro las tan preciadas estrellas, pudiendo dibujar formas inimaginables y de todo tipo con ellas.

Y así, regresas cansado a tu acogedor hogar, con un mundo de ideas nuevas, frescas y planteándote propósitos nuevos antes de sumergirte bajo el irremediable manto de Morfeo, acostarte aspirando soñar con un mundo distinto, un mundo relajado y divertido a la vez. 

Así es la noche, fugaz noche, el lugar donde acudes cuando ya todos se van.

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